Un total de 228 personas han fallecido en las carreteras españolas durante los meses de julio y agosto, 15 menos que en 2024. Se trata del primer descenso desde 2021, lo que es especialmente significativo porque se ha producido un récord de desplazamientos, que podría haber supuesto una mayor siniestralidad vial. Pero no ha sido así: se han superado los 100 millones de viajes de largo recorrido, un 2,7% más, el mayor registro de la serie histórica. Y los fallecidos en carretera han caído un 6%.
Se trata, por tanto, de un «dato esperanzador«, según ha destacado el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, en la presentación del balance provisional de la Operación Verano 2025. «Aún así, en materia de seguridad vial, nunca nos permitimos bajar la guardia porque durante los dos pasados meses 3,7 personas perdieron la vida cada día en nuestras carreteras», ha alertado el ministro.
Este verano ha habido días especialmente funestos, como el 6 de julio, con 11 fallecidos y cuatro jornadas sin ninguna víctima mortal, una circunstancia que solo ha ocurrido en cinco ocasiones en verano desde que hay estadísticas. También destaca un siniestro en Sisante (Cuenca) en el que fallecieron cinco personas de golpe, una desgracia que no sucedía desde el verano del 2014.
La reducción de la siniestralidad vial se ha producido de forma generalizada, con independencia del tipo de vía o del medio de desplazamiento. También han descendido las víctimas entre los usuarios vulnerables, que han supuesto 101 fallecidos, frente a 117 el verano pasado. Aún así, representan el 44% de los decesos, con una ligera disminución respecto al 48% que supusieron en 2024.
Estabilidad en las motos
La mayoría de usuarios vulnerables iban, de nuevo, en moto. Pero, por primera vez desde 2014, las muertes de motoristas han descendido en verano. Un total de 72 motoristas han perdido la vida en las carreteras en julio y en agosto, cuatro menos que en 2024, lo que según la DGT muestra una «tendencia hacia la estabilidad».
A su vez, han fallecido 20 peatones (cuatro menos que en 2024), 11 en carretera convencional y nueve en autopistas o autovías, pese a que el acceso peatonal está prohibido. Uno de ellos era un operario de conservación de carreteras. En este tipo de siniestros, la baja visibilidad suele ser un factor determinante: nueve peatones murieron durante la noche o el crepúsculo y siete de ellos no llevaban prendas reflectantes, elemento fundamental para ser detectado por los vehículos.
También, de nuevo, varias víctimas mortales no hacían uso de elementos de seguridad. Por ejemplo, 29 de los 107 fallecidos en turismo o furgoneta no llevaban cinturón de seguridad, frente a 27 de 105 en 2024. Además, dos motoristas de 65 no llevaban casco ni tampoco un ciclista de los seis fallecidos.
La salida de la vía
La salida de vía continúa siendo el tipo de siniestro más peligroso: ha provocado el 43% del total de fallecidos. Son 99 víctimas mortales, tres más respecto a 2024. Las colisiones frontales, por su parte, han supuesto el 23% de los fallecidos (53, nueve menos que en 2024). Asimismo, la mortalidad se ha reducido en todas las franjas de edad, excepto entre los 25 y 34 años, con 38 fallecidos, nueve más que en el verano pasado.
Por comunidades, Andalucía es la autonomía con mayor número de personas fallecidas (47, el 21%), seguida de Castilla y León con 32 víctimas mortales (14%). Las mayores variaciones respecto a 2024 se han producido en la Comunidat Valencia y Murcia con 14 y 9 fallecidos menos, respectivamente. En Catalunya, han fallecido 28 personas, dos más que el verano pasado.
Desde el 1 de enero, y hasta el pasado 1 de septiembre, se han contabilizado 746 fallecidos en siniestros viales, 34 menos que en el mismo periodo del año pasado, lo que representa un descenso de un 4%, en línea con el descenso registrado en el periodo estival.
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