¿Gobernará esa chiquilla el país más testosterónico del planeta? La pregunta es recurrente desde que Kim Ju-ae fue debutó en escena de la mano paterna, con abrigo blanco y coleta, alejándose del imponente Hwasong-17, un misil intercontinental con teórica capacidad de golpear Estados Unidos. A esa foto de noviembre de 2022 le han seguido muchas y el ritmo creciente sugiere que la cuestión sucesoria, siempre peliaguda en Corea del Norte, ya ha sido resuelta.
Su pueblo nunca ha escuchado su voz ni conoce su nombre, presentada siempre como la más amada, la más respetada y otras fórmulas abstractas. Tiene 12 o 13 años y el halo de misterio de la estirpe. El mundo sólo supo de ella porque Dennis Rodman, el baloncestista de la NBA e íntimo amigo del dictador, la mencionó tras su viaje a Piongyang de 2013. Las informaciones sobre su competencia también son gaseosas. El NIS (servicio de espionaje surcoreano) habla de un hermano mayor, probablemente discapacitado, y de otro menor de género desconocido. También asegura que Ju-ae recibe la educación en casa, en contraste con el elitista colegio suizo al que fue su padre, y disfruta con la equitación, la natación y el esquí. Es, en definitiva, la habitual biografía confeccionada con retales y asunciones aventuradas de los líderes norcoreanos.
La tradición nacional escondía a la familia bajo la alfombra. Poco se supo de la galería de esposas, amantes e hijos de su padre, Kim Jong-il. Kim Jong-un apostó por una propaganda más moderna y occidental, fotografiado a menudo con su esposa y ahora con su hija o departiendo con obreros, presentándose como un tranquilo hombre de familia y líder pragmático y fiable. Padre e hija comparten el sagrado linaje del Monte Paektu y ese rostro mofletudo contracultural en un país de hambrunas y déficits alimentarios. Las fotografías muestran una altura similar, alrededor de 170 centímetros, y aún descontados los tacones son muchos más de los 155 que miden de media las niñas norcoreanas de su edad. Ju-ae le ha acompañado en lanzamientos de misiles, maniobras militares, desfiles, fábricas, obras y, el mes pasado, en una recepción en la embajada rusa. La ausencia de lugares asociados a una colegiala revela, según los expertos, la voluntad de presentarla como una lideresa que soportará sobre sus hombros al pesado estamento castrense norcoreano.
La primera imagen de Kim Ju-ae difundida por Piongyang, en noviembre de 2022. / KNCA / DPA / EUROPA PRESS
Mujeres de confianza
«El hecho de que Kim Ju-ae sea la hija de Kim Jong-un y nieta de Kim Il-sung es más importante que el hecho de ser mujer. Así que sí podría ser la líder de Corea del Norte en el futuro. Además, Kim Jong-un se ha mostrado dispuesto a dar poder a mujeres de su confianza», señala Ramón Pacheco, profesor de Relaciones Internacionales del King College londinense y experto en Corea del Norte. Alude Pacheco a su hermana, Kim Yo-jong, número dos del régimen y martillo habitual de Seúl, Washington y cualquier elemento hostil.
Los 41 años de Kim Jong-un parecen pocos para desvelarse por asuntos sucesorios. Pero los líderes norcoreanos, tozudamente descritos como imprevisibles y alocados, no dejan cabos sueltos. Su padre ya murió de un ataque al corazón y él desprecia olímpicamente todas las precauciones médicas. Pesa unos 130 kilos, fuma y bebe sin moderación y, según el NIS, es diabético y pasa las noches viendo páginas webs de armamento bélico. Años atrás, las fotos revelaron que se había puesto a dieta y dejado el tabaco, pero pronto volvieron los kilos y los cigarrillos. Esa salud achacosa recomienda la previsión. La muerte por sorpresa de su padre ya dificultó su consolidación en el poder y solo con purgas de dimensiones extraordinarias incluso para los parámetros norcoreanos se hizo fuerte en la silla. A su hija, además, no le ayudará su género en una sociedad heteropatriarcal que apenas cuenta con mujeres en puestos de responsabilidad del Gobierno y Ejército. Es probable que su padre quiera evitarle aquel agotador y sangriento frenesí a su hija.
Kim Ju-ae, observa junto a su padre una prueba de lanzamiento de misil. / KNCA / DPA / EUROPA PRESS
Kim Jong-un, el menor de tres hermanos, se impuso en la carrera por descarte. El mediano era considerado por su padre «demasiado afeminado» para pelear contra le extensa nómina de enemigos del país y el mayor perdió su ventaja al ser detenido en un viaje a Disneylandia de Japón con pasaporte falso. Los precedentes, pues, recomiendan prudencia.
«A día de hoy, parece ser la elegida por el régimen. Así lo han indicado los servicios de inteligencia surcoreanos, que suelen manejar la información más sólida. Dicho esto, Kim Jong-un no era el candidato original a suceder a Kim Jong-il, pero los errores de sus hermanos le llevaron a suceder a su padre al final. Podría ocurrir lo mismo con Kim Ju-ae, sobre todo porque habrá otros candidatos que querrán el puesto», asegura Pacheco.
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