En Avellaneda, con un equipo conformado mayoritariamente por jugadores que habitualmente no son titulares, Racing perdió por 2-1 con Tigre por la quinta fecha del Torneo Clausura. El local se imponía por 1-0 con un golazo, se quedó con un futbolista menos a los 9 minutos de la segunda etapa por la expulsión de Franco Pardo y el visitante lo dio vuelta en el final.
La Academia se puso en ventaja a dos minutos del final del primer tiempo con un golazo de Adrián Balboa. ‘Rocky’ tomó el lugar de centrodelantero que suele ocupar Adrián “Maravilla” Martínez, esta vez sentado entre los suplentes porque Racing definirá el martes su serie de octavos de final de la Copa Libertadores con Peñarol.
No pasaba verdaderamente nada importante, hasta que en el final del primer período ocurrió una obra maestra. Impensada, casi de otro partido, como se menciona de modo vulgar. Un avance de Tomás Conechny por la izquierda y un vaivén de posibilidades en el área, hasta que Balboa, que habitualmente no recibe muchas oportunidades por parte del entrenador Gustavo Costas, provocó los aplausos.
El delantero vio el balón en el aire, se elevó un metro, bajó la pelota con el pecho y definió con un “globo”, que pasó por arriba del arquero Felipe Zenobio y cayó enseguida, con la magia de un tiro de tenis, si se permite la comparación.
Y la Academia se fue al descanso con la pequeña pero importante ventaja, al cabo de un friccionada mitad inicial, en la que le costó demasiado acercarse al arco de Tigre, que estuvo bien plantado pero tímido para avanzar.
El golazo de Balboa para Racing
En el inicio de la segunda etapa, Racing se quedó con un jugador menos antes de los 10 minutos por la expulsión de Franco Pardo, que recibió dos tarjetas amarillas separadas por un puñado de minutos. El líbero cometió dos infracciones, la última cerca de la mitad de la cancha, y el árbitro Darío Herrera le mostró la roja.
La expulsión de Pardo
Sobre el final, la tensión se apoderó del partido en un centro en el que Braian Martínez llegó a cabecear pese a estar sujetado por Gabriel Rojas, entre otros agarrones, y la pelota se fue por encima del travesaño. Llegaron las protestas, los empujones y el llamado del VAR para advertir al juez del agarrón. Herrera vio las imágenes y no dudó en marcar el penal para Tigre.
Hubo más quejas, una reacción furiosa de Costas metiéndose en el campo de juego por el que se fue expulsado y Martínez puso el 1-1 al ejecutar la falta, sobre la hora. Pero todavía quedaba tiempo para más…
El penal de Tigre
Y en el final de un partido imposible, a los 48 minutos de los 8 agregados por Herrera, el colapso de la Academia y el renacer de Tigre. Tres minutos después del 1-1 del controvertido penal, dado por el VAR y con Gustavo Costas ya en los vestuarios (expulsado, otra vez, por protestar), Chaco Martínez lanzó un centro perfecto desde la izquierda, que encontró el cabezazo demoledor de Nacho Russo.
El gol de Nacho Russo para Tigre
Racing perdía, en un abrir y cerrar de ojos, luego de estar en ventaja desde el final del primer tiempo, con aquella obra maestra de Balboa. Nadie lo podía creer. Y así terminó, con una impotencia generalizada, con el DT aplaudiendo irónicamente al juez por el fallo del penal y al grito de “Ladrón, ladrón”.
Racing, ahora, debe enfocarse en el desquite contra Peñarol, por los octavos de final de la Copa Libertadores. Y necesitará que las pulsaciones negativas hayan quedado atrás…