Patricia Segura forma parte de un equipo del Centro de Salud Mental y Adicciones (CSMA) y del Servicio de Rehabilitación Comunitaria (SRC) en La Selva interior, en Girona, que ha finalizado en un estudio en el que constata la importancia de la vivienda social y del apoyo para la recuperación de los trastornos mentales graves y evitar descompensaciones. En la entrevista habla de estigma, de satisfacción humana y reclama más recursos porque los beneficios son evidentes.
-¿Qué demuestra el estudio en el que ha participado, respecto a la recuperación de las personas con trastornos severos?
-Que nuestros recursos se han convertido en herramientas terapéuticas de recuperación para un proceso de mejora en la autonomía de las personas. Atendemos a personas, más allá del trastorno mental, en temas como el establecimiento de vínculos relacionales seguros, en la mejora emocional y en la capacidad de atreverse a opciones más autónomas para no estar siempre en situación de dependencia.
-¿Qué gratificación personal se lleva con su trabajo como trabajadora social junto a estas personas?
Atendemos a personas, más allá del trastorno mental, en temas como el establecimiento de vínculos relacionales seguros
-Acompañar a los usuarios a buscar un piso de alquiler [segunda fase del estudio] es mucho trabajo, es dedicar un montón de horas, es implicación, dar la cara y responder si hay problemas. Es un reto. Pero la gratificación es cuando te hablan de la mejora de su calidad de vida, de que están mejor, que se sienten más autónomos, que hace años no pensaban que pudieran llegar a eso. Se crea una red de vínculos y una relación preciosa, casi formamos una pequeña familia.
-Acompañando a personas con trastornos mentales a buscar piso, ¿ha visto prejuicios y estigma?
-Sí, nos ha costado. El primer piso no lo quisieron alquilar, pedían nómina, trabajo… e íbamos con personas con pensiones no contributivas de algo más de 500 euros más un complemento de 100. No escondíamos que son personas con problemas de salud mental. Nos pidieron documentación y al final no nos lo alquilaron. Después conseguimos otro piso, por contactos de gente conocida de Santa Coloma de Farners, y porque dijimos «nosotros damos la cara». Después, la inmobiliaria nos ha trasmitido que el propietario está supercontento con los chicos, que son majísimos.
A ellos les hubiera costado encontrar piso de alquiler pero a las dos o tres semanas de formalizar el alquiler se presentaron personas ofreciendo piso
-Si ellos hubieran intentado alquilar por su cuenta…
-Les hubiera costado. También es verdad que a las dos o tres semanas de formalizar el alquiler se presentaron personas en el CSMA diciendo que tenían un piso para alquilar. ¡Fantástico! ¿Qué ha pasado? Que Santa Coloma no deja de ser un pueblo, se conoce todo el mundo, y de alguna manera llegó la información positiva.
-El estudio en el que ha participado constata cómo tener un piso de apoyo eso reduce ingresos hospitalarios, porque genera estabilidad…
-Los participantes en el estudio, tras disponer del piso en apoyo, tuvieron en efecto menos ingresos, urgencias, por sintomatología psicológica y de dificultades a nivel familiar y comunitario. La reducción es muy importante desde que ingresan en el programa. Y fue un único paciente el que seguía teniendo ingresos porque dejaba la medicación a menudo. Los demás, que habían hecho ingresos a menudo y muy graves, no los tuvieron, en una reducción espectacular. No es que ya no tengan síntomas, es que tienen un manejo, una conciencia y responsabilidad sobre su salud admirables.
Si no tienes un lugar estable donde vivir y no sabes qué cenaras, no puedes pasar a la siguiente fase en términos de salud mental
-La vivienda se demuestra, una vez más, como pilar básico para la vida y para la salud mental…
-Uno de los problemas de muchas personas con enfermedades mentales graves es la inestabilidad de su vivienda. Si no tienes un lugar estable donde vivir y no sabes qué cenaras, no puedes pasar a la siguiente fase. También influye el ámbito en el que vives, porque las situaciones de convivencia y las dinámicas familiares pueden generar una alta emoción expresada. Este es uno de los factores de descompensación más evidentes. Es más, cambiar de vivienda mejora muchos aspectos e incluso hemos visto que la persona se convertía en apoyo de la familia y no al revés.
Hay que reforzar la parte educativa y social, porque los beneficios son evidentes
-¿Qué hace falta para que estudios de este tipo se puedan generalizar y mejore la vida de las personas con trastornos severos?
-Primero, hay que reforzar los equipos de los centros de salud mental. En mi recorrido profesional cada vez puedo hacer menos acompañamientos. Vamos sobrecargados. Además, hay que reforzar la parte educativa y social, porque los beneficios son evidentes. La medicación es una base muy importante pero hay cosas que no las cubres con la medicación y son necesarias para atender a la estabilidad. Y quiero añadir que hemos conseguido que vayan a alquileres de 800 euros sin ningún tipo de apoyo. La Generalitat debería facilitar la salida de estos usuarios priorizando el acceso a vivienda social para las personas en situación de vulnerabilidad. Es un recurso terapéutico y social.