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Justicia por mano digital: le robaron el celular y terminó escrachando al ladrón con fotos íntimas en sus redes sociales

Lo que parecía una mañana más para Gabriel Ávalos se transformó en una escena digna de una comedia dramática. Eran las ocho de la mañana cuando se dirigía a su trabajo en colectivo, y fue interceptado por un motochorro que en cuestión de segundos, le arrebató el celular de las manos. Sin pensarlo, el joven salió corriendo detrás del ladrón, decidido a no dejar que la impunidad volviera a ganar.

Todo empezó en el colectivo. El delincuente subió, tocó timbre y me manoteó el celular de la mano. Yo estaba sentado en uno de los últimos asientos de dos, del lado de la puerta. Cuando me lo sacó, bajé corriendo por instinto. Fue en la Avenida Rivadavia y Díaz Vélez, abajo del puente. Ni siquiera tuve tiempo de pensar. No sentí miedo. Sentía mucha bronca y adrenalina”, confesó a LA NACION.

La persecución duró apenas unos metros, pero el impacto fue decisivo. En un forcejeo rápido, @avalosgabii_ logró golpear al delincuente, el cual perdió el equilibrio y dejó caer su propio teléfono al asfalto. “Cuando vi el celular en el piso, no sabía si era de él o si también era robado. Me di cuenta cuando lo desbloqueé. La secuencia la vieron todos los del colectivo, autos que pasaban y gente que estaba en la parada y en un quiosco. No me ayudó nadie”, explicó a LA NACION.

La venganza del joven al que un motochorro le robó el celular

Acto seguido, el ladrón se subió a una moto y escapó a toda velocidad, llevándose el celular de Gabriel. Pero sin saberlo, dejaba atrás su propio dispositivo.

Según detalló @avalosgabii_ en un video publicado en la red social TikTok, en medio de la embestida pudo recoger el teléfono del ladrón y se lo llevó al trabajo. Allí, comenzó una revancha inesperada.

“Esta es la cara de un pibe que a las 8 am le afanaron el celular. Lo corrí al chorro, le llegué a pegar un arrebato en la cara y ahí se le cae su celular”, relató entre risas el joven en su cuenta de TikTok , donde compartió toda la historia ocurrida hace dos semanas. “Cuando llegué al trabajo, intenté rastrear mi celular con la compu. Mientras tanto, mi compañero de trabajo estaba intentando desbloquearlo. Probó con 1234, y era esa la contraseña”, detalló a LA NACION.

Las conversaciones con la mujer del motochorro

Una vez que pudo desbloquear el celular del asaltante, Gabriel intentó comunicarse con los familiares y allegados del delincuente. “Empiezo a mandar mensajes a la mujer, a la madre, a los grupos familiares. Ninguno me dio bola. Los que me atendían, me bloqueaban”, denunció en el video. “Que me roben el celular, además de parecerme una injusticia e impotencia, implica para mi volver a trabajar mucho para poder comprarme el mismo celular”, agregó en diálogo con LA NACION.

Frustrado por no recuperar el celular “por las buenas”, ideó una estrategia radical: accedió a la galería de imágenes del ladrón y encontró fotos íntimas y comprometedoras. Entre ellas, videos en un hotel alojamiento, imágenes del delincuente desnudos y selfies con su pareja. “No me quedó mejor y brillante idea que subir las fotos a sus redes sociales”, confesó sin filtros en TikTok.

El escarnio público funcionó. La humillación,en las redes surtieron efecto. “No pensé que se iba a hacer tan viral. Primero subí la historia a mejores amigos, en Instagram. Pero, mis amigos me dijeron que la suba a Tiktok, era una anécdota para el recuerdo”, reconoció en diálogo con LA NACION.

Horas después de que Gabriel expusiera las fotos íntimas en las redes sociales del delincuente, el ladrón no lo dudó: cruzó desde la zona sur de la ciudad, en Barracas, hasta la localidad bonaerense de Ciudadela, para intentar reparar el daño y recuperar su dignidad. Pero no por remordimiento … sino por vergüenza. Ni llamados al 911, ni alertas en comisarías: fue el miedo al ridículo lo que lo hizo volver. “Cuando le devolví el celular, nadie me amenazó. Solo nos alejamos el uno del otro mientras nos mirábamos con mucho odio”, indicó Gabriel a LA NACION. El joven, que había sido víctima del robo, se transformó en un inesperado justiciero digital.

“Negro, borrá las fotos … las que estoy en C. Estoy re triste te juro”, le escribía por Whatsapp la novia al delincuente. “Y yo peor. Un odio, nunca me pasó esto amor”, respondió el ladrón.

Pero lo más insólito y desconcertante ocurrió en el reencuentro. Cuando finalmente el ladrón apareció para devolverle el teléfono, no llegó con cara de arrepentido ni pidió perdón. Todo lo contrario: estaba furioso.

“Flaco, no me podés escrachar así. No ves que tengo familia”, dijo el motochorro, recriminándole a la víctima.

Pero su respuesta fue tajante. “A mí se me saltó la chaveta. Lo mande a la m… Me pidió que me calme. Me dijo que me iba a devolver el celular, pero que borre las cosas. Que las borre él. Le lastimas el orgullo y se enojan. Son la escoria del país”, disparó en la publicación en su cuenta de TikTok.

El video publicado en su cuenta de TikTok, que ya superó el millón de visualizaciones y alcanzó más de 119 mil me gusta, fue acompañado de cientos de comentarios a favor del joven: “Estoy orgulloso de vos …”, “JAJAJAJ devoraste”, “Vos te das cuenta que lo que hiciste fue increíble?”, fueron tan solo algunos de los mensajes que celebraron su astucia.

«JAJAJA devoraste», le comentó otra seguidora.

A pesar de que en la zona suele haber presencia policial, en el momento del asalto nadie acudió en su ayuda. La víctima, aún conmocionada por la violencia del episodio, explicó a LA NACION que no tiene intenciones de realizar la denuncia porque no confía en la Justicia. “Cuando me robaron, a tres cuadras me cruce a un policía. Le dije que me habían robado. Su respuesta fue que vaya a la comisaría a denunciar, pero no hice la denuncia. Ya sé cómo actúa la justicia. No quiero saber más nada. Es más, por los mensajes que vi en su celular, parecería que él ya había estado preso”, expresó con bronca y desazón a LA NACION. “Tengan cuidado. Cuídense en la calle. Anden atentos. Estos malvivientes andan por todos lados. No hagan lo mismo que yo. Yo tuve suerte la verdad, pero podría haberme salido mal”, concluyó.

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