El empresario Ariel Tondo, quien en algún momento hizo alarde de ser uno de los empresarios que más invertía en la ciudad de Villa Carlos Paz y que generaba múltiples fuentes de trabajo, terminó envuelto en un escándalo que sigue sumando nuevos capítulos. La caída de un imperio que se construyó con dinero prestado.
Su crecimiento se dio en una época inusual, post-pandemia de coronavirus y una inflación imparable en el país, donde la mayoría de los carlospacenses se encontraban afectados por la crisis laboral y apelaban a créditos y préstamos para mantener a flote sus negocios. Tondo parecía vivir una realidad paralela. Mientras otros cerraban sus puertas, él abría imponentes concesionarias de autos y motos y multiplicaba sus emprendimientos gastronómicos.
Por aquel entonces, muchos se preguntaban: «¿de dónde sale el dinero para tanta inversión?», «¿cómo se mantiene?».
El tiempo pasó y hoy la realidad desnuda un complejo entramado de estafas millonarias, deudas y denuncias cruzadas. Lo que rápido llega, rápido se va. En apenas algunos meses, Tondo dejó ser el «Rey Midas» que todo lo convertía en oro y su nombre se convirtió en «mala palabra» mientras le llovían las denuncias y se multiplicaban los rumores en las redes sociales.
Todo se vino abajo, de un día para el otro. Las concesionarias con autos de lujo desaparecieron y su local gastronómico ubicado en Boulevard Sarmiento cerró sus puertas. Cuando rompió el silencio para dar explicaciones, lo hizo con una denuncia. Dijo que era víctima de un «conocido usurero» que lo presionaba y que debía realizarle pagos mensuales en dólares que lo empujaron a la «quiebra». Pidió algunos meses para «solucionar todo» y hubo quienes le creyeron.
Esta madrugada, Tondo se hizo presente en el bar temático «Rock Me Beer» de Avenida 9 de Julio y lo vació sin previo aviso a sus empleados, quienes se anoticiaron de que se quedaban sin sus fuentes de ingreso cuando todavía les adeudaba meses enteros de trabajo. Más de treinta empleados adelantaron que iniciarán acciones legales contra el empresario y aseguran haber quedado en la calle, sin más respuestas que una simple declaración: «hasta acá llegué».
Los mismos trabajadores informaron que habría dejado importantes deudas con proveedores, estaría atrasado con el alquiler del local y le estarían por cortar la luz por falta de pago.