Si estás buscando una opción rápida, creativa y sabrosa para compartir en la merienda o sorprender en una reunión familiar, estos pastelitos con tapas de empanadas son la elección ideal. Crujientes por fuera, con un corazón dulce de batata o membrillo, combinan lo mejor de lo tradicional con la practicidad de lo casero.
Lo mejor de todo es que no requieren amasado ni fritura, y podés prepararlos en pocos pasos con ingredientes que seguro ya tenés en casa.
Ingredientes (rinde 12 pastelitos)
- 12 tapas de empanadas para horno (pueden ser hojaldradas o criollas)
- 200 g de dulce de batata o dulce de membrillo
- Azúcar impalpable para decorar
- Opcional: unas gotas de esencia de vainilla o ralladura de limón para perfumar el dulce
Paso a paso: cómo hacer pastelitos al horno con tapas de empanadas
Preparar el relleno:
Cortá el dulce de batata o membrillo en cubitos pequeños o aplastalo con un tenedor si preferís una textura más cremosa. Si querés realzar el sabor, podés mezclarlo con unas gotas de vainilla o ralladura de limón.
Armar los pastelitos:
Extendé las tapas de empanadas sobre una superficie limpia. Colocá una cucharada generosa de dulce en el centro de cada una. Doblá la masa en forma de triángulo o medialuna, según prefieras, y presioná bien los bordes con un tenedor para sellarlos.
Hornear:
Colocá los pastelitos en una bandeja previamente aceitada o con papel manteca. Llevá al horno precalentado a 180°C durante aproximadamente 20 a 25 minutos, o hasta que estén doraditos y crocantes.
Toque final:
Retiralos del horno y, una vez tibios, espolvorealos con azúcar impalpable para darles ese acabado dulce y tentador.
Tip extra
Si querés una versión más festiva, podés pincelarlos con almíbar caliente o agregarles un poco de coco rallado por encima. También podés hacer una versión salada con queso y dulce o incluso con relleno de jamón y queso para una merienda diferente.
Una idea simple que enamora
Estos pastelitos al horno son ideales para compartir en familia, para llevar a una reunión, o simplemente para darte un gusto. Acompañalos con una taza de café, un mate bien cebado o un té casero, y disfrutá de ese momento dulce que alegra cualquier tarde.