Todos los años del período 2016/2024, la faena del segundo semestre ha sido más alta que la de los primeros seis meses.
En los últimos cinco años, en promedio, la matanza de julio-diciembre resultó un 10% superior a la del período enero-junio previo; el año pasado, la faena del segundo semestre superó en un 12% a la de la primera parte del año.
Si tenemos en cuenta lo faenado en el primer semestre de este año, y la estacionalidad de la oferta prevista para la segunda parte del año, 2025 cerraría con una faena de 13,9 millones de cabezas. Sería prácticamente el mismo volumen que el año pasado.
Puede atribuirse ese aumento estacional de la oferta a partir de julio a la gran cantidad de terneros y terneras que se destetan en otoño, y con –o sin– una recría corta van a los feedlots y son engordados para salir en gran volumen en agosto-noviembre.
También realizan un esquema de engorde semejante muchos establecimientos de ciclo completo, que después del destete de marzo-abril engordan sus novillitos y vaquillonas, que estarán listos para faena en primavera, contribuyendo a la mayor oferta que para esa época generan todos los años los feedlots.
De acuerdo con los datos (parciales e incompletos) que se van conociendo de la primera vacunación contra la aftosa (2025), puede estimarse que en este otoño se habrían destetado unos 14,5 millones de terneros, unos 100 mil (-0,6%) menos que el año pasado y unos 950 mil menos (-6%) que en 2023.
De confirmarse en las próximas semanas este dato, con un destete de 14,5 millones de terneros y con una mortandad de ganado adulto del 2%, la faena de equilibrio con el actual stock no podría superar los 13,7 millones de cabezas.
Recordemos que el año pasado la faena fue de 14 millones de cabezas y que la matanza del año en curso también apuntaría a un número cercano a los 14 millones de animales.
Con este destete, mortandad y faena, el stock ganadero a fines de 2025 debería caer por tercer año consecutivo, aunque en esta oportunidad menos que los años anteriores.
La tasa de extracción de equilibrio, entonces, sería del 26,6% anual.
Este registro de 14,5 millones de terneros destetados es el octavo en importancia de los últimos 20 años, superado por los del período 2006/2008, cuando promedió los 15,3 millones de crías, por el destete de los años 2018-2020, que promedió los 15,2 millones, y por los años 2022-2023, con 15,3 millones de terneros.
En 2025 se mantendría el índice de procreación del año anterior (relación ternero/vaca de 0,68), que se refleja en el bajo número de terneros destetados. La relación ternero/vaca registrada este último otoño se ubica cinco puntos porcentuales por encima de la tasa de destete de 20 años atrás.
Según el Boletín de Resultados Económicos de junio último, que desde 2012 edita en forma trimestral la Secretaría de Agricultura, el “modelo de cría mejorado” de la Cuenca del Salado registraba a mayo último un resultado neto de $ 256 mil por hectárea, que a moneda constante es un 40% más alto que un año atrás, y un 32% superior al promedio –para el mes de mayo– del período 2012/2024.
La rentabilidad por hectárea que muestra hoy este modelo de cría (Cuenca del Salado, con 450 hectáreas, 410 vacas, 80% de destete) es la tercera en orden de importancia de los últimos 13 años para el mes de mayo.
Esta serie de rentabilidad muestra un mínimo en mayo de 2019, con $ 115 mil al valor de hoy, y el máximo en mayo de 2022, con $ 340 mil de hoy por hectárea.