Enric Mas sigue teniendo una asignatura pendiente con el Tour de Francia. Alejandro Valverde decía esta semana que al ciclista mallorquín y jefe de filas del Movistar le ocurre en Francia algo parecido a lo que le sucedió a él cuando ocupaba idéntico cargo en el equipo. Psicológicamente hay que pelear por la general y muchas veces la cabeza se rinde y deja a las piernas sin fuerza. Desde 2020 no ha podido mejorar la quinta posición alcanzada en el Tour que se disputó en septiembre por culpa de la pandemia. Fue sexto en 2021, abandonó los de 2022 por enfermedad y 2023 por caída. El año pasado se tuvo que conformar con la 19ª posición, lejos de los objetivos trazados.
Ahora ha llegado a Lille, duerme a las afueras, en un hotel del periférico de la ciudad, más ilusionado que otras veces y con una temporada en la que le han salido las cosas mejor que otras veces. Ganar etapas sigue siendo la asignatura pendiente del mallorquín de Artà, pero ha conseguido acabar la Volta como tercero y la Itzulia como segundo. Empezó el Dauphiné pagando la falta de competición desde abril, pero finalizó demostrando una mejora en el nivel de forma. Fue séptimo de la general.
Los deberes hechos
“He trabajado para llegar hasta aquí en buena forma. Ojalá pueda mejorar la quinta posición de 2020”, descubre Mas, sabedor que hay dos ciclistas inalcanzables (Tadej Pogacar y Jonas Vingegaard) y un tercero llamado Remco Evenepoel que también parece correr en otro nivel superior. “Remco es un superclase, un ciclista muy fuerte. Habrá que ir pasando etapas para ver si puedo llegar a su nivel”.
El equipo Movistar se dirige a la presentación de equipos del Tour. / MOVISTAR TEAM / SPRINT CYCLING
Como el resto de los corredores que se han apuntado al Tour, Mas viajó el miércoles a Lille y tuvo un completo día de actividades el jueves, con las fotos oficiales y la obligada asistencia por la tarde a la presentación de equipos en el centro de la ciudad. “Lo que quiero es disfrutar de la bici y poder llegar a meta viendo que no me queda un gramo de fuerza y que no sean causas externas las que me impidan poder realizar un buen Tour”.
El Movistar es el único equipo con licencia española que disputa el Tour y el más experimentado, decano de la carrera que disputa con diversas denominaciones y de forma ininterrumpida desde 1983, los tiempos de Reynolds pasando por Banesto y Caisse d’Epargne, con la historia de la épica marcada sobre todo por Miguel Induráin y Pedro Delgado.
La presencia de Iván Romeo
En este Tour el empeño no es sólo llegar a París con Mas entre los mejores de la general sino luchar por un triunfo de etapa, lo que no consiguen desde que Nairo Quintana ganó en el col de Portet en 2018. Para ello cuentan con el nuevo campeón de España, Iván Romeo, 21 años, que ya ha evidenciado con triunfos como el logrado el mes pasado en el Critérium del Dauphiné que sabe cerrar las escapadas levantando los brazos en la meta. “Ya he demostrado que me manejo bien en las escapadas. Debuto en el Tour y por ello lo mejor es ir día a día y aprender de corredores como Enric y también Nelson Oliveira”, afirma Romeo.
El Movistar acude este año al Tour con cuatro corredores españoles. Aparte de Mas y de Romeo figuran Pablo Castrillo e Iván García Cortina. Con ellos corren el portugués Oliveira, el colombiano Einer Rubio, el austríaco Gregor Mühlberger y el estadounidense William Barta.