Al menos 248 personas -la gran mayoría civiles- han muerto en la escalada bélica que protagonizan Israel e Irán desde el viernes de la semana pasada, cuando Tel Aviv lanzó un ataque a gran escala y sin precedentes contra la República Islámica y mató, en una sola acción, a gran parte de la cúpula militar iraní.
Desde entonces y durante el fin de semana, los dos países han estado lanzándose ataques y salvas balísticas constantes. Teherán ha asegurado estar dispuesta a parar si Israel termina con sus bombardeos; el Gobierno del primer ministro israelí, Benyamín Netanyahu, ha asegurado que su objetivo no ha sido aún cumplido, y que los ataques continúan.
Así, del total de 248 muertos, 221 han ocurrido en territorio iraní: más de un centenar de ellos son civiles confirmados, y 90 son militares y altos cargos. Entre ellos se encuentran el jefe del Estado mayor iraní, Mohammad Baqerí, Hoseín Salamí, líder de la Guardia Revolucionaria, y el líder de inteligencia militar de esta organización, Mohammad Kazemí.
Bajas civiles
El resto del total de muertos en Irán no han sido identificados, según recuentos independientes (Teherán no ha dado, hasta la fecha, recuentos claros desglosados, y asegura que el 90% de los fallecidos en los ataques israelís son civiles).
En Israel, la cifra de muertos ha ascendido ya a los 24: todos ellos son civiles. Ocho de ellos murieron durante la madrugada de este lunes, en dos salvas de misiles balísticos hipersónicos iranís lanzados sobre la ciudad costera de Haifa.
La cifra de muertos en el Estado hebreo es mucho menor gracias a la Cúpula de hierro israelí, el sistema de defensa antiaéreo que protege las grandes ciudades del país mediterráneo, y la capacidad de inteligencia de Tel Aviv, que es capaz de avisar a su población al determinar, al momento, cuándo Irán lanza sus misiles. Teherán no es capaz de hacerlo tras años de sanciones y aislamiento internacional. Israel, además, lanza sus ataques con aviones bombarderos y cazas, que han conseguido hasta la fecha superioridad aérea en la zona.
Continuación de los ataques
«El arrogante dictador de Teherán», ha dicho este lunes el ministro de Defensa israelí, Yisrael Katz, en referencia al líder supremo iraní, el ayatolá Alí Jameneí, «se ha convertido en un asesino cobarde que ataca civiles en Israel para intentar que nuestro Ejército no continúe con su ataque, que está colapsando sus capacidades. Pero los residentes de Teherán ahora pagarán el precio de ello, y pronto».
Katz, en su recurrente retórica belicista, ha obviado, en sus declaraciones, que ha sido Israel quien ha iniciado este conflicto, mientras Irán buscaba negociar con Estados Unidos un nuevo acuerdo nuclear para abandonar definitivamente sus planes para desarrollar el arma atómica.
La siguiente ronda de estas conversaciones, de hecho, tenía que ocurrir este domingo, pero fue cancelada tras los ataques israelís, que han dejado el proceso en el aire. Irán, en declaraciones de su ministro de Exteriores, Abbás Araghchi, ha asegurado no haberse levantado de la mesa, pero la República Islámica “se niega a negociar mientras es atacada”.