Cristina Fernández aún está libre. Esta semana, quizá el miércoles, será fichada como convicta e ingresará formalmente en el sistema penitenciario para cumplir su primera condenada: seis años de prisión. En el plano político la sentencia es a perpetuidad: no podrá ejercer otro cargo público. Su única salida es un indulto presidencial.
Por ahora, quien aparece como el principal candidato a presidente del peronismo en 2027, Axel Kicillof, esquivó dar cualquier definición respecto de qué haría en este punto si llega a la Presidencia.
-Hubo algunas discusiones sobre eso. Este fallo es una vergüenza. Para el peronismo y para Argentina, que esta situación perdure es algo muy dañino –dijo Kicillof.
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El gobernador bonaerense tiene otra urgencia: debe definir si tras la condena a Cristina Fernández y la imposibilidad de que sea candidata en la tercera sección electoral de Buenos Aires, le conviene sostener el calendario desdoblado, con elecciones provinciales en septiembre y nacionales en octubre. No lo sabe: –Hoy estamos en otro país, en este momento las elecciones son el día que son. No sé –dijo el gobernador cuando le preguntaron.
El desconcierto no es potestad del peronismo y su incipiente reagrupamiento. Abarca al Gobierno nacional y a La Libertad Avanza en particular, que con Cristina presa pierde a su principal antagonista, su antítesis, su “sparring”.
El politólogo Federico Zapata, director de Escenarios, dice que con Cristina presa “Milei pierde”. “Ella le garantizaba a Milei dos condiciones relevantes para la vitalidad del liderazgo libertario: en primer lugar, con Cristina en el terreno electoral, Milei licuaba posibles nuevas alternativas opositoras. El antikirchnerismo es actualmente el principal movimiento social de masas, razón por la cual, con CFK en la cancha, el grueso de los votantes independientes se taparían la nariz y votarían al que le pueda ganar a CFK: en este escenario, LLA”, explica.
Zapata lo sintetiza así: “La sola presencia de Cristina le otorgaba a Milei una útil metáfora en el imaginario social: una contienda entre en el pasado (CFK) y el futuro (LLA). Y en segundo lugar, Cristina funcionaba como un tapón para cualquier intento de renovación del peronismo. En otras palabras, Cristina era la mejor garantía de no regeneración del sistema política, que hoy, solo beneficia a Milei”.
Ana Iparraguirre, directora de Dynamis Consulting, la salida del escenario de Cristina Fernández le facilita a Milei “plantear la elección como un plebiscito sobre la gestión; si los argentinos quieren continuar o no con la gestión de Milei”. “A él, teniendo los resultados económicos, pareciera que podría alcanzarle para hacer una buena elección en el 25”, dice Iparraguirre. 2027 será otra historia.
En cambio, Mara Pegoraro, politóloga de B&B Consultora, tiene otra mirada sobre la coyuntura: la detención de Cristina no le quita al Gobierno nacional la antítesis de su modelo, y la polarización goza de buena salud en este turno electoral: “Tal vez no esté la figura de Cristina como candidata, pero Javier Milei tampoco es candidato”.
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“Lo que resulta de esta situación es que el liderazgo de Milei como el liderazgo de Fernández de Kirchner funcionan como antítesis más allá de sus candidaturas; los candidatos de cada uno de los espacios son agentes circunstanciales de esa confrontación, con lo cual no es que el Gobierno se quedó sin adversario sino que el adversario es más claro y pierde valor el nombre propio de los candidatos de cada cada uno de esos espacios”.
El encuestador Gustavo Córdoba –Zuban Córdoba & Asociados– señala un aspecto macro, una mirada de la estructura de poder: con su fallo, la Corte Suprema de Justicia dio una señal clara respecto de que “no una alternativa K” para que confronte con Javier Milei en el futuro.
En ese marco, entiende que “lo único que puede hacer trastabillar a Milei” en el mediano plazo es “un cambio en las condiciones económicas”. Es decir que el debate “institucional” será más adelante.
En este contexto, “la Corte Suprema le dio a Cristina Fernández centralidad, porque la ha victimizado; lo que es una mala noticia para el centro porque se vislumbra una polarización extrema”, resume Córdoba.
César Murúa, del ICDA de la Universidad Católica de Córdoba, coincide respecto de que “la antinomia está más vigente que nunca” porque “la detención le otorga a Cristina Fernández una centralidad y un protagonismo únicos en pleno año electoral”.
“Esto le conviene —y mucho— al Gobierno por dos motivos: le permite antagonizar con una figura que despierta emociones tan intensas como las que genera el Presidente, y porque esa figura, además de no poder competir, obstaculiza la unidad del principal espacio opositor”.
En ese sentido, dice que a los libertarios “no les importa si Cristina compite o no; su juego es que ella siga acaparando la agenda”. ¿La Justicia hará su parte en esto al fijar las condiciones de detención? Es una pregunta abierta.
Como fenómeno del Amba, la detención de Cristina Fernández parece ordenadora para el peronismo de la provincia de Buenos Aires, pero no está claro qué pasará en los peronismos del interior.
Federico Zapata entiende que “en el corto plazo, puede que todos los pedazos del peronismo bonaerense se ordenen detrás de la estrategia de Cristina Fernández”.
La pelota está en la cancha de Kicillof: “El gobernador puede verse arrastrado por esa fuerza centrípeta o bien puede con sutileza utilizar la debilidad de Cristina para mejorar su posición negociadora: dejarle a Fernández de Kirchner la estrategia nacional en octubre y quedarse junto con los intendentes con la elección de septiembre”.
Para Pegoraro, “muy probablemente se ordene el PJ porque ahora no hay espacio para una interna expuesta ante la sociedad”. “Eso no quiere decir que la interna haya desaparecido, pero ahora la Justicia resolvió la interna del PJ, se garantiza el encolumnamiento porque los nombres propios valen menos de lo que valían antes, entonces el escenario es más claro: ‘ellos contra nosotros’”, apunta la experta de B&B Consultora.
Gustavo Córdoba advierte –como admitió Áxel Kicillof– que “todos tienen que recalcular porque cambiaron las condiciones y octubre está más lejos”.
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Para él, el orden en el peronismo bonaerense no está tan claro: “El camporismo va a intentar copar las listas, lo que hará estallar el conflicto si el peronismo bonaerense se clava”, dice Córdoba, quien advierte: “Si con esa centralidad Cristina insiste con Máximo Kirchner como heredero, seguramente el peronismo va a tomar otro camino”.
“El peronismo tiene una posibilidad enorme de ser alternativa de poder si logra una estrategia y presentarle a la sociedad un plan económico”, dice Córdoba con la mirada puesta en el 27.
Iparraguirre, por su parte, señala que en sus últimas apariciones Cristina trató de plantar “qué es lo que el peronismo quiere representar hacia adelante”. “Ella como vocera de ese mensaje era poco creíble. Ahora con un nuevo vocero, con un nuevo representante del espacio, quizás hay más lugar” para ofrecer a la sociedad un nuevo plan hacia 2027.
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“Se abre ahí un abanico de opciones para que pueda reformarse y encontrar un nuevo liderazgo que lo haga más competitivo, con una visión de futuro. Se destraba que pueda haber una nueva discusión sobre qué es lo que el peronismo quiere representar hacia adelante”, insiste Iparraguirre.
Con una mirada menos bonaerense, Murúa cree que la detención de Cristina “fragmenta más” al PJ. “La figura de Cristina divide, y aún más lo hace el posicionamiento frente a su condena. Para unirse, el peronismo necesita un liderazgo aglutinador y ordenador, algo que no podrá emerger mientras ella conserve esta centralidad. Cristina bloquea una unidad que recién podría empezar a construirse una vez pasadas las elecciones legislativas de octubre”.
Zapata dice que “el peronismo del interior va a mirar la película como un espectador externo”. Explica: “Los gobernadores están transitando a un formato de partido provincial a través de coaliciones multipartidistas con una orientación no kirchnerista. Ese territorio emergente de desnacionalización, sólo podría remediarse rumbo al 27, con el surgimiento de un nuevo liderazgo nacional y de un nuevo espacio opositor”.
Iparraguirre, por su parte, comparte el concepto del archipiélago peronista, según sus distritos. “El de Córdoba en particular tiene dos atributos importantísimos, El primero es el liderazgo de Juan Schiaretti, que es como un semidiós en Córdoba. Y en segundo lugar, que el peronismo cordobés logró hacer algo que es surreal en la política argentina: lograr la sucesión ordenada, que casi que es un ejemplo para toda la política argentina”.
Es una mirada a mediano plazo, cuando el peronismo pueda ofrecer algo superador al kichnerismo y a Javier Milei. Antes, Gobierno y oficialismo deben pasar octubre con Cristina presa.