La justicia bonaerense confirmó la línea investigativa más sólida: Micaela Andrea Lator habría terminado con la vida de su hijo, Esteban Nicolás Cuello, un niño con diagnóstico de autismo, y luego se habría quitado la vida.
El trágico episodio ocurrió el pasado viernes en una vivienda ubicada sobre la calle Pehuajó al 2300, en el partido de Florencio Varela, y generó un profundo impacto en la comunidad.
Los cuerpos sin signos vitales fueron hallados por Fernando Cuello, padre del menor y pareja de la mujer, quien al regresar de su jornada laboral encontró la escena y dio aviso al sistema de emergencias SAME. Al llegar al domicilio, los profesionales de salud confirmaron los fallecimientos. El niño tenía lesiones en la región craneal y la mujer presentaba heridas en el pecho.
En un principio, se barajó como hipótesis que Lator, en un estado depresivo, había asesinado al pequeño y luego se había suicidado, algo que coincidía con el testimonio del padre. Sin embargo, surgieron dudas cuando las primeras autopsias revelaron que el menor habría muerto después que su madre, y que esta presentaba dos impactos de bala, un dato que en ese momento resultaba desconcertante para los peritos.
Por esta razón, la investigación giró brevemente en torno a Fernando Cuello como posible sospechoso, aunque esa línea fue descartada con rapidez, al comprobarse que el hombre se encontraba trabajando fuera de su casa al momento del hecho.
Finalmente, el fiscal Darío Provisionato, a cargo de la Unidad Funcional de Instrucción N° 1 de Florencio Varela, brindó precisiones clave tras el avance de las pericias forenses. Según explicó, el niño recibió un disparo en la cabeza que no le provocó la muerte inmediata, y falleció horas más tarde, lo que explicaría la diferencia de tiempo entre ambos decesos reflejada en las autopsias.
Luego del ataque a su hijo, la mujer habría intentado suicidarse. El primer disparo, que se dio en la frente, no fue mortal. Con sus últimas fuerzas, logró realizar un segundo disparo en el tórax, que sí resultó letal.
“En un primer momento se puso bajo sospecha al padre porque no cerraban los dos disparos en el cuerpo de la mujer”, reconoció el fiscal Provisionato, quien aclaró que los resultados de los exámenes forenses permitieron cerrar definitivamente esa línea de especulaciones.