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La Iglesia criticó al Gobierno por la falta de fondos para personas con discapacidad

País. “Las personas con discapacidad no pueden esperar”, advirtió la Conferencia Episcopal Argentina en un comunicado dado a conocer ayer, en el que criticó al gobierno nacional por la falta de fondos para hacerle frente a esta problemática.
“Una dignidad infinita, que se fundamenta inalienablemente en su propio ser, le corresponde a cada persona humana, más allá de toda circunstancia y en cualquier estado o situación en que se encuentre”, dice el mensaje de la Iglesia que lleva las firmas de monseñor Marcelo Colombo, presidente de la Comisión Ejecutiva; cardenal Ángel Rossi, vicepresidente 1º; monseñor César Fernández, vicepresidente 2º, y de monseñor Raúl Pizarro, secretario general de la Conferencia.
“Como discípulos de Jesús y su Evangelio seguimos convencidos de que es necesario que ‘rescatemos”’ a la persona y su dignidad, que la pongamos en el centro de nuestros intereses, de nuestros servicios, y proyectos”, continúa el mensaje.
Según la Conferencia Episcopal Argentina, el acceso a servicios esenciales como la salud, la rehabilitación, la educación, el acompañamiento profesional y los apoyos necesarios para la vida cotidiana de las personas con discapacidad “se han vuelto inciertos y limitados”.
“El esfuerzo cotidiano de las familias que los acompañan muchas veces se realiza en soledad, sin el reconocimiento suficiente de la sociedad ni el apoyo adecuado del Estado. Esta realidad no es una cifra estadística: tiene nombres, rostros, historias; son niños, jóvenes y adultos que ven cercenadas sus posibilidades de desarrollo, participación e inclusión plena”, asegura la Iglesia.
La Comisión Ejecutiva manifestó su sorpresa ante “el desconocimiento y desinterés hacia la realidad de la discapacidad”, y sostiene que esta problemática “debería ser una prioridad ineludible de toda política pública”.
El comunicado llama a la reflexión a quienes, desde el ámbito del Gobierno Nacional, tienen la responsabilidad de “apoyar con los recursos necesarios para que el área de Discapacidad pueda cumplir con responsabilidad y eficacia su tarea”.
“El cuidado de las personas con discapacidad no puede ser postergado ni subordinado a otras urgencias: es un deber ético, una exigencia de justicia y un acto de humanidad”, agregaron.
Frente al dolor y la angustia de quienes sufren, los obispos hicieron un llamado a evitar “actitudes y expresiones que lastiman, esos lenguajes despreciativos, por momentos no exentos de crueldad, que atentan seriamente contra aquella unidad que tanto necesitamos como pueblo, para ponernos la patria al hombro, para salir adelante”.
Finalmente, la Iglesia se puso “a disposición en cuanto puedan ser útiles desde nuestro lugar de servicio” y concluyó invocando a la Virgen de Luján para que ayude a “salir al encuentro de los que sufren para comprometernos con ellos”.
 

Más críticas de la Iglesia

El comunicado se dio a conocer apenas días después del duro mensaje del arzobispo de la Ciudad de Buenos Aires, Jorge García Cuerva, que brindó durante el tradicional Tedeum por el 25 de Mayo en la Catedral Metropolitana, frente la propio presidente Javier Milei.
Cuerva pidió por “tantos hermanos que lo están pasando mal”, reiteró su reclamo por la situación de los jubilados y convocó al diálogo de toda la sociedad: “No se construye desde la guerra entre nosotros”, advirtió.
“Venimos a pedirle a Dios que nuestra Argentina se cure y viva. Experimentamos que se está muriendo la fraternidad, la tolerancia, el respeto. Y si se mueren esos valores, se muere un poco el futuro, y se muere la esperanza de forjar una Argentina unida, una Patria de hermanos”, inició su discurso el arzobispo.
Durante su homilía, García Cuerva no dejó pasar la señal que dio la ciudadanía el domingo pasado, con una baja concurrencia a votar por legisladores porteños y apuntó a los “años de promesas incumplidas y estafas electorales que nos hicieron perder las ganas de participar, nos hicieron perder el entusiasmo de involucrarnos hasta de cumplir con el deber ciudadano de ir a votar porque pensamos otra vez lo mismo: ‘nada va a cambiar’”, y comentó que se trata de “sentimientos e ideas que afloran cuando se experimenta que nos mintieron muchas veces”.
“Nuestro país también sangra”, advirtió el Arzobispo porteño. Y habló del narcotráfico, de las personas en situación de calle, de la discapacidad y los jubilados.
“Tantos hermanos que sufren la marginalidad y la exclusión, tantos adolescentes y jóvenes víctimas del narcotráfico que, en algunos barrios, es un Estado paralelo. Tantas personas que están en situación de calle, tantas familias que sufren las inundaciones, las personas con discapacidad. Tantas madres que ya no saben qué hacer y cómo evitar que sus hijos caigan en las drogas y las garras del juego. Y los jubilados que merecen una vida digna con acceso a los remedios y a la alimentación. Herida esta que sigue abierta y sangra hace años, pero que como sociedad tenemos que curarla pronto”, comentó.
En ese sentido, apuntó: “Muchos podrán ser los responsables de esta triste situación, pero la oportunidad que tenemos nosotros de resolverla es hoy. ¿Cuántas generaciones más y hasta cuándo deberán reclamar por jubilaciones dignas?»

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