InicioSociedadEl aceite español se puede comprar; nuestra cultura, no

El aceite español se puede comprar; nuestra cultura, no

El aceite de oliva es uno de los productos españoles más icónicos. Pero el preciado oro líquido es mucho más que un producto, porque es el resultado del duro trabajo de varias generaciones. Es un alimento que recoge nuestra cultura y nuestras costumbres, nuestros valores como país y como sociedad. Y lo mismo podría decirse del jamón ibérico, que precisa también de gran dedicación y atesora igualmente una parte de nuestra historia, de nuestro clima, de quienes somos; y de otros tantos de nuestros alimentos.

España exporta cada vez con más éxito. Nuestros productos y servicios cuentan con gran prestigio en los mercados internacionales por su elevada calidad. De hecho, somos el cuarto país que más alimentos exporta de la Unión Europea (UE) y el séptimo del mundo. El aceite y el jamón citados, el vino y el cava, los pescados y mariscos, el queso… la lista es larga y goza de reconocimiento mundial. 

La campaña se divide en diferentes productos, como el jamón ibérico. / .

Pero detrás de cada bien producido en España, y en Europa, hay algo más que un artículo de consumo. Cada vez que elegimos materias primas, productos o servicios cultivados, elaborados o diseñados aquí, apoyamos mucho más que una economía. Apostamos por una forma de producir con respeto, por un trabajo con derechos y por una sociedad que cuida lo que importa, desde el bienestar y la justicia hasta la democracia y la libertad.

Comercio globalizado

En un mundo ultraconectado, las relaciones comerciales son como el torrente sanguíneo que mantiene vivo al organismo. Si no hay actividad, la sociedad se anquilosa y eventualmente algunas partes pueden resultar dañadas. La deriva arancelaria de EE. UU. es el último ejemplo de esta inevitable interrelación, y tiene el potencial de bloquear la compleja maquinaria económica global que se ha creado y asentado durante las últimas décadas.

El Gobierno de España lleva meses prevenido y preparando una respuesta proporcionada, tangible y coordinada con la UE. Los negociadores trabajan sin descanso y, hoy, es más necesario que nunca el diálogo.

En este sentido, además de las medidas económicas de apoyo anunciadas para el tejido productivo de España y las que se toman coordinadas con los socios de la UE, el Gobierno ha querido lanzar un mensaje a la sociedad expresando su firme postura de apoyo.

Aceite de oliva. / .

España tiene una economía dinámica que apuesta por la interconexión, el comercio abierto y regulado. España, como sus socios europeos, es una nación de emprendedores, con un tejido productivo dinámico y audaz. Una sociedad de gran industria y de pymes.

“Nuestros valores no están en venta. Nuestros productos y servicios, sí” es el mensaje principal de la campaña lanzada por el Gobierno. Como dijo la primera ministra de Dinamarca, Mette Frederiksen, “Groenlandia no está a la venta”. Canadá no está a la venta. Los valores españoles y europeos no están a la venta. No está a la venta el objetivo de lograr una sociedad abierta, justa y de bienestar.

Del mismo modo que no se puede comprar la amistad ni el respeto, no están a la venta los Derechos Humanos, ni los principios democráticos y de respeto a las leyes sobre los que se asienta la UE. Sin embargo, todo lo que es obra de la capacidad productora y el ingenio humanos, sí está a la venta. España está abierta; Europa está abierta.

El Gobierno de España no se pone de perfil, sino que defiende nuestros intereses comerciales y negocia para que el tejido productivo y los sectores más afectados puedan hacer frente a la situación de la manera menos gravosa posible, al mismo tiempo que se protegen los valores que caracterizan a una sociedad abierta, avanzada y moderna.

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