En abril, un hogar promedio del AMBA que no reciba ninguna clase de subsidios a los servicios públicos de parte del Estado, debe gastar alrededor de $142.548 para cubrir sus necesidades energéticas, de transporte y de agua potable.
Se trata de una erogación que se redujo un 2,8% respecto del mes anterior y que es 42% superior a igual mes de 2024, que forma parte de la canasta de servicios públicos de la zona de Capital Federal y los barrios cercanos de la provincia de Buenos Aires y que incluye el consumo de energía eléctrica, gas natural, agua potable y transporte público.
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Además, refleja el costo promedio de los servicios públicos para un hogar representativo dentro de esa zona en la cual, para el caso de la energía eléctrica y gas natural, se toma un hogar del segmento N1 que representa los hogares de mayores ingresos y que no reciben asistencia de parte del sector público para el pago de sus facturas.
Por lo menos así surge de analizar el último informe publicado por el Observatorio de Tarifas y Subsidios que elaboran la Universidad de Buenos Aires (UBA) y el CONICET).
El documento explica que, tanto la factura promedio de energía eléctrica como la de gas natural continúan por debajo, en términos reales, a las observadas en marzo de 2019, lo cual ocurre a pesar de haberse otorgado aumentos en el precio de la energía de manera estacional, y en el Valor Agregado de Distribución (VAD).
Se trata del componente de una factura de servicios públicos que forma parte de la tarifa eléctrica que pagan los usuarios y que representa el costo de distribución desde la red de transmisión hasta que llega a los clientes, incluyendo inversiones, operación y mantenimiento de dicha red.
¿Qué porcentaje del sueldo se llevan las tarifas?
Según el reporte, el peso en el salario de las facturas energéticas de este mes de abril para los hogares de altos ingresos también es menor al observado en abril de 2019.
En este sentido, se sostiene que para los usuarios del Nivel 2 (bajos ingresos) y Nivel 3 (ingresos medios), «la factura final promedio, ajustada por inflación, tuvo una recomposición significativa en junio de 2024 debido al incremento en el precio de la energía, a la modificación de los umbrales de consumo subsidiado y a incrementos mensuales y consecutivos en el VA que se dieron, particularmente, a partir del último cuatrimestre del 2024».
En abril y teniendo en cuenta un aumento promedio del 3,5% en el cargo fijo y de 1,4% en el cargo variable, la factura final eléctrica promedio presenta un nivel menor al de los últimos meses medida en valores constantes.
En el caso del gas residencial, muestra una dinámica algo diferente, ya que entre abril de 2019 y marzo de 2023 la tarifa promedio se redujo en términos reales.
A partir de ese momento y hasta marzo de 2024, hubo una reducción real adicional, tendencia que, según el documento, se comenzó a revertir a partir de los incrementos tarifarios de abril del mismo año.
Actualmente, la factura final promedio tiende a converger para los usuarios N 2 y N 3 que exhiben una diferencia de solo $63 debido a la combinación de dos factores como son que ambos segmentos (N2 y N3) mantienen igual cargo fijo, y porque tienen iguales umbrales de consumo subsidiado a pesar de corresponder un precio del gas bonificado con ciertas divergencias (65% y 50% para N2 y N3).
«Esto deriva en que no se magnifican los efectos de la diferencia de precios», se detalla en el paper que muestra además que, a diferencia del caso eléctrico, este mes de abril los cuadros tarifarios del gas natural tuvieron un incremento promedio del 2,5% en el cargo fijo mientras que el variable aumentó también 0,6%.
El peso de los aumentos en las tarifas
Dichos porcentajes implicaron una caída real en las facturas de los usuarios N1 del 1,5% respecto del mes anterior mientras que para los usuarios N2 y N3 la factura se redujo 3,3% y 2,8% respectivamente, efecto que se logra por el cambio en respecto del mes anterior en el bloque subsidiado y los incrementos por debajo de la inflación estimada.
La particularidad descripta en el trabajo deriva de cuatro factores, siendo el primero el incremento del precio del gas PIST que, proporcionalmente, tiene mayor peso para los usuarios de altos ingresos.
El segundo deviene de los aumentos de los cargos fijos que, proporcionalmente, tiene mayor peso para usuarios N2 y N3; mientras que el tercer factor se refiere al cambio mensual del bloque de consumo subsidiado que tiene también un efecto significativo.
El cuarto factor que detalla el informe de la UBA-CONICET, y que es considerado como el más relevante en los últimos meses, hace mención a las subas en el cuadro tarifario final ya que se trata de retoques menores a la inflación estimada.
A partir de estos datos, el informe hace una comparación entre la factura final del gas y de la electricidad respecto del salario promedio y concluye que el peso de los servicios energéticos de un usuario N 1, N 2 y N 3 representa el 4,7%, 3,1% y 3,5% del indicador respectivamente. Por otra parte, tomando el ingreso mínimo de cada segmento, se asegura que la factura promedio de ambos servicios en el AMBA tiene un peso de 1,6% para los N 1, de 7% para los N 2 y de 4,3% para los N 3.
En el caso del gas natural, el bloque de consumo subsidiado cambia todos los meses acorde a la estacionalidad por lo cual en el informe se estima como posible que «entre meses sucesivos se subsidie menos cantidad a mayores precios derivando en una reducción leve de la factura».
A su vez, se sostiene que el gasto en servicios públicos se redujo 2,8% respecto del mes anterior que, en el caso del agua, se explica por un incremento en el cuadro tarifario a la vez que el consumo se ajusta por cantidad de días del mes (abril tiene un día menos que marzo).
Con respecto al gas, debido a que aumenta el cuadro tarifario (2,5% el cargo fijo y 0,6% el cargo variable) a la vez que se Incrementan levemente las cantidades consumidas por estacionalidad.
En cuanto a la energía eléctrica porque se reduce el consumo respecto del mes anterior mientras se incrementaron los cuadros tarifarios en un 3,5% para el fijo y 1,4% para el variable.
El impacto del boleto de colectivo
El peso del transporte público de pasajeros, mostrando que en los últimos colectivos, mientras el boleto de las líneas de la Ciudad aumenta con IPC+2% (4,4% en abril), las interjurisdiccionales a cargo de Nación no tienen modificaciones.
Por esto, el costo promedio ponderado del boleto aumentó 2,6%.
En cuanto al peso del transporte, representa el 43% del gasto y es significativamente más elevado respecto de los restantes servicios explicado, mayormente, por los factores estacionales que afectan a estos últimos.
En este sentido, en abril el gasto en transporte es superior a la suma del gasto en gas y electricidad, mientras que los principales subsidios económicos a estos sectores y al agua presentan una reducción nominal del 53% anual acumulado al 17 de abril de este 2025 y por lo tanto su variación real muestra una reducción del 69%.
Como escenario, el reporte recuerda que desde marzo pasado la Ciudad de Buenos Aires y la Provincia de Buenos Aires establecieron un mecanismo de actualización de la tarifa de transporte público, con un incremento que para dicho mes fue del 10%, mientras que en los meses subsiguientes crecerá a igual ritmo que la evolución del IPC medido por el INDEC al que se le adicionará un 2%.
En el caso de la Ciudad, el índice de referencia para la actualización de las tarifas de subte y colectivo es el IPC Nacional, mientras que para la Provincia es el IPC GBA.
De este modo, atento a que las líneas bajo jurisdicción nacional continúan con su tarifa congelada desde de 2024, el servicio de colectivos cuenta con tres cuadros tarifarios distintos: uno por la Ciudad, otro por las líneas de Provincia y otro correspondiente a las líneas de jurisdicción nacional.
Teniendo en cuenta estos parámetros y el IPC publicado por el INDEC de marzo pasado, el informe anticipa aumentos para los boletos del transporte en mayo próximo.
Para el caso de colectivos y trenes se toma la primera sección como referencia, mientras que para el subte el valor de la tarifa es plano.
Para el mes próximo, en la Ciudad el incremento de la tarifa de colectivo significará un ahorro acumulado de $2.700 millones para el trimestre marzo, abril, mayo, mientras que la Provincia registrará un ahorro de $14.937 millones en concepto de subsidios para el mismo período.
Dónde se dió la suba más fuerte
«En síntesis, la reducción mensual del 2,8% en la canasta de servicios se explica tanto los incrementos en los cuadros tarifarios de todos los servicios públicos como la baja en las cantidades consumidas de energía eléctrica y el incremento en el consumo estacional de gas natural», detalla el documento.
Del mismo modo, agrega que en los 17 meses que van desde diciembre de 2023, cuando asumió el actual gobierno libertario, a abril de 2024, la canasta de servicios públicos del AMBA se incrementó 414% mientras que el nivel general de precios lo hizo en 144%.
Con respecto a abril del 2024, el costo de la canasta total se incrementó 42% a partir de las actualizaciones de tarifas de transporte, energía eléctrica, gas natural y agua, mientras que los gastos en gas natural y energía eléctrica están ajustados por estacionalidad del consumo.
A su vez, el nivel general de precios tuvo un incremento del 48% en igual periodo, lo cual sugiere cierta convergencia de las variaciones en el mes de abril que, en términos energéticos, es un mes de consumos relativamente bajos respecto de los picos de invierno y verano donde el efecto de las cantidades consumidas es relevante.
En la desagregación interanual por servicio, el reporte observa que el incremento más importante fue en la factura de transporte con un 49% respecto a abril de 2024 y en energía eléctrica con el 46%.
Por otra parte, el gasto en gas natural y agua aumentó 27% y 41% respectivamente en términos interanuales.
«Es preciso destacar, nuevamente, que en abril de 2024 ya se incluían incrementos significativos en todos los cuadros tarifarios. Por esto, y a diferencia de marzo, la base de comparación es más elevado debido a que incluye los aumentos más relevantes del 2024», se aclara en el reporte.
También se aclara que el Estado se hace cargo del 40% de las tarifas, vía subsidios aunque con una cobertura que es dispar entre segmentos de hogares y entre servicios.
Reempadronamiento de usuarios
En el informe se muestra el padrón de usuarios por nivel de segmentación, provincia y distribuidora y los datos indican que, a nivel nacional, respecto de julio de 2024, para el servicio eléctrico unos 2.1 millones de hogares dejaron la categoría N2 de bajos ingresos para ser re empadronados mayormente como hogares N1 de altos ingresos (segmento que creció 1.8 millones) mientras que como hogares N3 de ingresos medios fueron empadronados 394.000 usuarios.
Para el caso del gas natural el reempadronamiento implica que se reducen los usuarios N2 y N3 en 429.160 y 55.360 usuarios mientras crece en 458.206 en el segmento N1 de altos ingresos.
Este cambio en la composición del llamado Registro de Acceso a los Subsidios a la Energía (RASE), tiene implicancias importantes en la cobertura promedio de los costos y, por lo tanto, en las transferencias del Estado Nacional respecto al pago de subsidios a la energía.
«Es importante destacar que los meses de enero y febrero se caracterizan por presentar devengamientos que no reflejan el ritmo normal de la gestión de los subsidios», se informa en el trabajo.
En el caso de las transferencias devengadas a CAMMESA acumuladas al 17 de abril pasado, el trabajo muestra una caída de 58% nominal e implican una baja real del 71%.
En cuanto a Energía Argentina S.A. (ENARSA) presenta una reducción de los subsidios del 95% nominal y 97% real que, según el reporte, se puede explicar por el cierre de importaciones de gas desde Bolivia, por gasoducto, y nulo requerimiento de cargamentos de Gas Natural Licuado en el primer cuatrimestre de 2025.
Con respecto a las transferencias destinadas al Plan Gas.Ar, por incentivos a la producción de gas natural, aumentaron 171%, lo cual representa un 67% en términos reales y refleja la sustitución de importaciones de gas (aún se importa marginalmente desde Chile) y un mayor aprovechamiento de la nueva capacidad de transporte de gas local.
Por otra parte, el sector Transporte explicó el 48% de las transferencias y se redujo 6% nominales que equivale a una reducción del 42% en términos reales.
En este sector la partida más relevante es el Fondo Fiduciario del Sistema de Infraestructura del Transporte (FFSIT) que se redujo 24% en términos nominales y se reduce 74% real acumulado al mes de abril de este 2025.
En el paper se informa también que durante lo que va de este año los subsidios nominales sumaron $0,95 billones mientras que en moneda constante de abril suman $1.000 millones y se reducen 69% respecto a igual periodo anterior que se debe mayormente a menores transferencias a ENARSA, FFSIT y CAMMESA.
Con respecto a los subsidios a la energía y el transporte, el documento estima que representaron el 3,4% de los gastos primarios de la Administración Nacional acumulados a marzo, cifra que representa menos de la mitad del peso observado en igual periodo del año pasado.
Nuevos cuadros tarifarios
Por otra parte, tanto en marzo del 2024 como de este 2025 los subsidios se aplicaron en un contexto de superávit fiscal primario, donde el 9,4% de la mejora responde al ahorro por baja de este tipo de ayuda estatal.
Además, se asegura que la cobertura de costos eléctricos para el segmento N1 se ubica en el 100%; para los usuarios N2 y N3 es del 30% y 46% respectivamente, mientras que en el caso del gas es del 88% para los usuarios N 1 en tanto que los usuarios N 2 y N 3 pagan el 23% y 29% del costo de abastecimiento respectivamente.
«En abril se sancionaron nuevos cuadros tarifarios para el servicio público de gas por redes que reflejan un aumento en el precio del gas que paga la demanda y un aumento en los cargos por transporte y distribución», se lee en el reporte, lo cual significa que se modificaron el cargo fijo y variable.
Con los nuevos valores, la factura promedio de abril para un usuario N 1, correspondiente a hogares de ingresos altos, es de $28.708 ajustada por estacionalidad.
A su vez, para un usuario N 2 (hogares de bajos ingresos) es de $23.043, mientras mientras que para un usuario N 3 (hogares de ingresos medios) es de $24.691.
Para comparar, el informe realiza un análisis transversal de facturas promedio que muestra que el segmento N 1 paga un 25% más que el segmento N2 y 16% mayor al segmento N 3.