InicioSociedadInflación y crisis monetaria agravan situación de Venezuela, Maduro declara "emergencia económica"

Inflación y crisis monetaria agravan situación de Venezuela, Maduro declara «emergencia económica»

MARACAIBO, Venezuela (AP) — Erick Ojeda no tiene dinero. Regresó a tierra con las manos casi vacías después de una salida nocturna para pescar camarones. Su hermana y su recién nacido lo están esperando para que los recoja del hospital. No ha tenido suerte encontrando un transporte para llegar allí, por lo que sigue ayudando a los pescadores a sacar los botes del agua y pesar lo poco que capturaron.

Los pescadores pasan por un momento difícil, como la mayoría de las personas en Venezuela, donde una prolongada crisis sigue evolucionando y ha entrado en una fase crítica en las últimas semanas al reducir aún más el poder adquisitivo de la gente y sentar las bases para una recesión. Este último capítulo en la crisis de 12 años incluso llevó al presidente, Nicolás Maduro, a declarar una «emergencia económica» la semana pasada.

Cansados, hambrientos y preocupados, los pescadores no se quejan y continúan con sus tareas, o duermen la siesta bajo una choza con vista a un petrolero en el lago de Maracaibo. Saben que tienen suerte de tener una fuente de ingresos, por poco confiable que sea, en 2025.

«Si el trabajo está mal tengo que seguir luchando», expresó Ojeda, de 24 años. «Seguimos para adelante confiando en Dios. A ver si Dios hace milagros para que se componga Venezuela completa».

La economía del país se está desmoronando nuevamente a medida que los ingresos clave del petróleo se agotan debido a las renovadas sanciones económicas que castigan a Maduro por fraude electoral y mientras su gobierno se encuentra con poco margen de maniobra para responder a pesar de cierta estabilidad después de la pandemia.

Los venezolanos emergieron de la pandemia con supermercados completamente abastecidos y el dólar estadounidense como la moneda dominante para las transacciones diarias. Dejaron atrás años de trueque, de hacer fila durante horas fuera de los supermercados o incluso de pelear en las calles por harina, arroz, pan u otros alimentos. También dejaron de llevar grandes fajos de billetes de bolívares sin apenas valor para pagar artículos básicos.

Esos cambios fueron el resultado de decisiones gubernamentales que relajaron los controles de precios sobre bienes básicos y permitieron a los consumidores y empresas utilizar dólares sin restricciones. También ocurrieron porque el gobierno utilizó el Banco Central de Venezuela para inyectar millones de dólares en el mercado de cambio de divisas cada semana y apuntalar el bolívar.

Esas medidas gubernamentales ayudaron a poner fin a un ciclo de hiperinflación que duró años, y que había alcanzado el 130.000% en 2018. El producto interno bruto creció un 8% en 2022, según el Fondo Monetario Internacional, después de que la economía se contrajera alrededor del 80% entre 2014 y 2020.

Maduro y su gobierno comenzaron a promocionar una especie de renacimiento económico. En la capital, Caracas, tiendas de productos importados, restaurantes, grandes almacenes y otros negocios comenzaron a surgir aparentemente de la noche a la mañana. El uso de aplicaciones de transporte y entrega de alimentos proliferó. Algunas familias en barrios pobres se aventuraron en la propiedad de negocios operando carritos de perros calientes y otros puestos de comida.

Pero el crecimiento se concentró principalmente en Caracas, y las comunidades de todo el país, incluida Maracaibo, que se enorgullece de ser el corazón de la industria petrolera, no vieron grandes ganancias.

«Si prestas más atención a esas avenidas principales (…) ves que la mayoría de los negocios están cerrados», comentó Luis Medina, de 21 años, señalando una avenida en el centro de Maracaibo. » Ahí hay un Subway que está cerrado, por ejemplo, y al lado hay un Movistar (una firma de telefonía móvil), que también está cerrado. A un lado hay un restaurante internacional, El Gaucho, es de Argentina originario, también está cerrado».

El dólar estadounidense como refugio seguro

Al igual que las personas en otros países de América Latina, y mucho antes de que su nación se desmoronara en 2013, los venezolanos han utilizado el dólar estadounidense como un activo refugio seguro y ven el tipo de cambio como una medida de la salud de la economía.

El gobierno de Maduro comenzó a usar reservas de efectivo en 2021 para bajar artificialmente el tipo de cambio, haciendo que la gente en un momento pagara 3,50 bolívares por un dólar. Eso llevó a que aproximadamente el 67% de las transacciones minoristas se realizaran en moneda extranjera.

El tipo de cambio creció lentamente, y para 2023, los esfuerzos de Maduro para inyectar dólares en la economía recibieron un impulso del gigante energético Chevron, que comenzó a vender regularmente millones a los bancos para obtener bolívares para pagar facturas después de que el gobierno de Estados Unidos le permitiera reiniciar operaciones en Venezuela. La inyección de dólares permitió al gobierno mantener el tipo de cambio alrededor de 35 bolívares por un dólar hasta mediados de 2024, cuando las advertencias de los economistas se materializaron.

“Muchos dijimos que (…) tarde o temprano esto va a ser insostenible”, explicó el profesor de economía Leonardo Vera. “Ya era evidente en julio que había escasez de divisas en el mercado oficial ante la creciente demanda, y aquellos que no podían obtener divisas comenzaron a moverse al mercado negro, un mercado muy pequeño donde cuando llega un aumento en la demanda (…) el precio sube”.

Este mes, el tipo de cambio oficial alcanzó 70 bolívares por un dólar, pero el mercado negro llegó a 100 bolívares por un dólar el mes pasado.

Vera explicó que los factores que influyen en el precio incluyen la proclamación de reelección de Maduro, los resultados de las elecciones en Estados Unidos y la decisión del gobierno de Trump de revocar el permiso de Chevron para bombear y exportar petróleo venezolano.

El gobierno de Biden otorgó el permiso de Chevron a finales de 2022 después de que Maduro acordara trabajar con la oposición política de Venezuela hacia una elección democrática. Pero la votación, que tuvo lugar en julio de 2024, no fue ni justa ni libre, y Maduro asumió el cargo en enero para un tercer mandato de seis años a pesar de la evidencia creíble de que su oponente obtuvo más votos.

Antes de que los tipos de cambio oficial y del mercado negro se separaran considerablemente, los negocios formales e informales aplicaban el tipo de cambio del gobierno para las transacciones. Sin embargo, en estos días, los negocios informales, como los mercados de alimentos donde la mayoría de los venezolanos compran comestibles, favorecen el tipo de cambio del mercado negro, haciendo que algunos productos sean inasequibles.

Los precios también han aumentado en los negocios formales, incluidos los supermercados y las ferreterías, porque las empresas los fijan en función del costo esperado más alto para reponer sus inventarios.

El economista Pedro Palma dijo que la tasa de inflación de Venezuela podría estar entre el 180% y el 200%. Advirtió que la gente reducirá el gasto porque los salarios no seguirán el ritmo de la inflación y algunos incluso podrían perder sus empleos.

«Tenemos un panorama realmente dramático: por un lado, un disparamiento inflacionario; por otro, una perspectiva de recesión muy importante», manifestó Palma.

Maduro envió la semana pasada un decreto a la Asamblea Nacional controlada por el partido gobernante que pedía poderes para promulgar medidas de emergencia para «defender la economía nacional», como la suspensión de la recaudación de impuestos y el establecimiento de «mecanismos y porcentajes de compra obligatoria de la producción nacional para favorecer la sustitución de importaciones».

Atribuyó la decisión principalmente al impacto de los aranceles de Estados Unidos en la economía global, pero los últimos problemas económicos de Venezuela precedieron al anuncio de Trump. Semanas antes, también anunció la reducción de la semana laboral de los empleados estatales, lo que en la práctica les deja tiempo suficiente para tomar trabajos adicionales para complementar su salario mínimo mensual de aproximadamente 1,65 dólares y estipendios mensuales de 100 dólares.

Pero las empresas generalmente no están contratando, y algunos negocios ahora están pagando a los empleados en bolívares en lugar de dólares, lo que ha aumentado la demanda de dólares en el mercado negro a medida que las casas de cambio limitan las sumas disponibles para la población.

Los últimos acontecimientos económicos cumplían los mayores temores de muchos venezolanos antes de las elecciones presidenciales del año pasado. Tanto es así que una encuesta nacional realizada antes de las elecciones mostró que aproximadamente una cuarta parte de las personas estaban pensando en migrar, principalmente por razones económicas.

Hoy en día, sin embargo, la gente en gran medida parece haber abandonado esa idea, en parte debido a la represión de Trump sobre la inmigración ilegal.

El taxista Jonatan Urdaneta ha llevado migrantes desde la estación de autobuses en Maracaibo hasta el cruce fronterizo más cercano con Colombia durante dos años. Durante aproximadamente 18 meses, hacía dos viajes de ida y vuelta al día y lo mismo hacían docenas de otros conductores. Ahora puede pasar un día sin un solo viaje.

“Honestamente se esta viendo muy desolado”, comentó Urdaneta, de 27 años, sobre sus perspectivas de ingresos, de pie junto a su sedán Ford de 1984. “Esperemos que esto mejore cuando Dios disponga”.

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