El sector pyme desconfía de las proyecciones optimistas sobre la recuperación de la actividad económica. En ubn pormenorizado análisis, relativizó las cifras oficiales que muestran un saldo muy favorable en los indicadores de producción en los primeros meses de este año, que toman como punto de comparación el inestable inicio del año 2024. Y/ van más allá: quieren saber cómo se verá afectada la actividad productiva y en especial la fabril, según los planes del gobierno, si se produce el ingreso de divisas que se espera por el préstamo que se negocia con el FMI. En los próximos días, el titular de Industriales Pymes Argentinos (IPA), Daniel Rosatto, espera tener un encuentro con las autoriades y recibir una respuesta al respecto.
En el informe de coyuntura industrial pyme del Observatorio de IPA, repasaron los principales indicadores de la actualidad económica y analizaron el impacto sobre el sector. Para empezar mensuraron el dato del crecimiento del Estimador Mensual de la Actividad Económica (EMAE) que elabora el Indec, con información actualizada a diciembre de 2024, el cual mostró un crecimiento del 5,5 por ciento interanual como también un leve crecimiento del 0,6 por ciento respecto del mes de noviembre.
“Aunque fue el tercer mes consecutivo que muestra crecimiento intermensual, todavía necesitaríamos un trimestre más como para dar una opinión entusiasta, algo que hoy objetivamente ponemos en duda”, sostienen desde IPA. Además, advierten que “el dato no cambia lo esencial: 2024 fue un año durísimo, con una caída del PBI del 1,7 por ciento”.
Otra de las grandes preocupaciones de los industriales pymes es el consumo interno. “El consumo sigue en caída libre –señalaron-: en 2024, las ventas en supermercados bajaron un 11,1 por ciento, acumulando 14 meses seguidos de caída interanual. En los mayoristas, el panorama fue aún peor, con una baja del 14,5 por ciento en diciembre y un desplome del 15 por ciento en el año».
«¿Y qué esperan los supemercadistas para 2025? Solo el 17 por ciento cree que las ventas mejorarán, mientras que la mayoría asume que todo seguirá igual de deprimido. El optimismo se desvanece y el escepticismo gana terreno. ¿Habrá un punto de inflexión o el consumo seguirá en picada?”, manifestaron en base a las estadísticas oficiales.
En cuanto a la actividad fabril apuntaron que la industria manufacturera tuvo un crecimiento del 7,1 por ciento en enero de 2025, según datos de Indec, pero subrayaron que la comparación es contra una fuerte caída del 12,3 por ciento del mismo mes del año anterior, de modo que no se llega a recuperar lo perdido.
“La actividad manufacturera seguirá bastante anémica todavía como para celebrar por anticipado”, concluyeron. A su vez, “si bien es el segundo mes consecutivo de mejora interanual, la reactivación aún no se consolida. Para tener un panorama más claro del primer trimestre, habrá que esperar los datos de febrero, aunque todo indica que la actividad sigue frágil”, anotaron.
En tanto, la capacidad instalada (UCI) en la industria exhibió en enero pasado un “66 por ciento de utilización, recuperándose 11,4 puntos respecto al mismo mes del año anterior”, pero no son datos para entusiasmarse porque se están midiendo contra un año de derrumbe de la UCI general. “La disminución más brusca de la UCI ocurrió durante en el período de noviembre a diciembre 2024, el cual exhibió niveles inusualmente bajos en este indicador”. La industria todavía espera señales más claras de una reactivación.
El informe del Observatorio IPA concluye de la siguiente manera: “el uso de la capacidad instalada (UCI) está en niveles bajos, la política económica ha perdido apoyo externo e interno, el consumo se ha desplomado y no se ha levantado, el desempleo ha aumentado, el Banco Central está liquidando reservas para mantener el esquema cambiario, el ciclo de llegada de divisas del 2024 se ha revertido y el FMI le exige a la Argentina una devaluación del 50 por ciento de su tipo de cambio para refinanciar parte de su deuda. En el informe de febrero nuestro interrogante es ¿Cuándo empieza la política de reactivación productiva? En Argentina, los ciclos cambian muy rápido, es importante estar preparados para las turbulencias”.
En lo que respecta a la evolución del tipo de cambio, “estamos pasando de una alerta amarrilla a alerta naranja, las cosas no están bien”, afirmaron desde IPA. “Las repercusiones de $LIBRA desde febrero a la actualidad erosionaron la confianza de los actores económicos nacionales e internacionales en el actual gobierno (…). En marzo, el ciclo se ha revertido, el tipo de cambio se ha apreciado mucho, los dólares dejaron de llegar y comenzaron a salir, el apoyo externo se esta esfumando, la confianza interna y externa están menguando, el Banco Central esta liquidando reservas a velocidad récord para sostener el tipo de cambio y el FMI le prestaría a la Argentina 10.000 millones de dólares pero, le exige devaluación y apertura del cepo, con las previsibles consecuencias económicas, sociales y políticas que esto conllevaría”.
“Entendemos que el acuerdo con el FMI es importante para el plan que trazó el Gobierno. Ahora, lo que queremos saber las Pymes es si el ingreso de esos dólares tendrá una consecuencia planificada a favor de la producción nacional”, sostuvo el presidente de IPA, Daniel Rosatto. En un encuentro en los próximos días con autoridades del Gobierno, Rosatto pedirá a las autoridades nacionales una “orientación” sobre el rumbo en materia de políticas productivas ante una lectura preocupante de la actual coyuntura.