La Administración de Nicolás Maduro rechazó este domingo la decisión del presidente estadounidense, Donald Trump, de invocar la Ley de Enemigos Extranjeros de 1798, con lo que Caracas considera que Washington «criminaliza, de forma infame e injusta», a los migrantes venezolanos, quienes, según el chavismo, son víctimas de las sanciones del país norteamericano.
A través de un comunicado, Venezuela expresó su «contundente» rechazo a la invocación de una «ley anacrónica, violatoria de los derechos humanos e ilegal», un acto que, a su juicio, «evoca los episodios más oscuros de la historia de la humanidad«, y denunció de forma «enérgica» que sus connacionales en EEUU «están siendo sometidos a persecución».
Según Washington, se busca acelerar las deportaciones masivas de los integrantes de la banda transnacional de origen venezolano Tren de Aragua, que «está perpetrando, intentando y amenazando con una invasión o incursión depredadora contra el territorio» estadounidense, dice la orden ejecutiva, aunque posteriormente un juez federal bloqueó de manera temporal el uso de esa ley.