Puede que lo que más han echado de menos las fuerzas de defensa ucranianas cuando Donald Trump les retiró la ayuda militar sea la inteligencia del campo de batalla, los sistemas de comando y control para identificar las amenazas rusas, por dónde y cuándo vienen, así como ventanas de oportunidad para contraatacar. Como en otros campos, los aliados europeos no han podido suplir esa ayuda al nivel norteamericano. La carencia de sistemas avanzados para completar el mando y control es una de las que los militares llaman «brechas de disuasión» de Europa.
Pero la industria está reaccionando contra este riesgo de ceguera de los ejércitos europeos. La firma española Indra ha lanzado una inteligencia artificial, IndraMind, que aprovecha para la defensa la ingente cantidad de datos de nuestro mundo interconectado. Este producto que sale al mercado de la IA militar permite procesar y convertir en aliado un torrente de información que sería indigerible para un puesto de mando.
IndraMind, aseguran sus creadores, mejorará la precisión y eficacia de las nubes de combate, en las que se comparten y combinan las informaciones que obtienen numerosos tipos de plataforma implicados en un choque militar.
La nueva IA podrá aumentar la consciencia situacional en plataformas como los blindado Dragón 8×8 que fabrica un consorcio liderado por Indra / Indra Group
IndraMind servirá para maximizar «la automatización de operaciones críticas» y para obtener «la superioridad en operaciones multidominio». Son palabras del presidente de Indra, Ángel Escribano, para quien, según un comunicado de la compañía, este lanzamiento «forma parte del comienzo de esta nueva Indra».
También uso civil
Se trata no solo de procesar la información que pueden servir a la vez radares, drones, cazas, barcos, puestos de mando avanzado, vehículos de combate, soldados en misión de observación… El campo de trabajo se abre a todo tipo de datos que puedan ser de utilidad en la batalla. Pero no solo en situaciones bélicas: la compañía explica que esta IA es aplicable a entornos civiles en los que tomar decisiones rápidas con gran caudal de información. Por ejemplo, el mundo de los controladores aéreos o la vigilancia de fronteras.
Esta innovación cambia métodos del trabajo militar de detección de riesgos y de selección de objetivos, y funciona en base a lo que sus creadores llaman «un tejido conectivo, modular y escalable». O sea, se puede adaptar a los niveles estratégico, táctico y operacional de la defensa.
Neutralización de un ataque con misiles o drones a unidades navales, en una simulación de Indra / Indra Group
La IndraMind con que la firma española competirá en el mercado de la inteligencia de defensa en pleno rearme europeo es aplicable a casi todos los ámbitos de las operaciones militares modernas: detección de ciberataques, la consciencia situacional de blindados como el futuro Dragón 8X8 avanzando por zonas hostiles, la identificación de patrones de comportamiento de las fuerzas enemigas, la respuesta defensiva de una escuadra en el mar ante un ataque de drones, el complicado control de una fuerza conjunta en una nube de combate, la combinación de radares y sistemas de guerra electrónica… o también las simulaciones de escenarios y situaciones en un juego de guerra.
Velocidad y supervivencia
Dice Indra en su comunicado que esta inteligencia ayuda a «decidir y operar de forma efectiva y ajustada a cada amenaza, a una velocidad que el oponente no puede igualar». En el Vehículo de Combate de Infantería (VCI) que está esperando el Ejército, la IndraMind ayudará con el sistema de visión 360, a analizar cómo se comporta la fuerza que tiene enfrente, y a «facilitar la supervivencia de la tripulación y la consecución de los objetivos marcados en la misión».
En un futuro, también los efectos de esta IA militar podrían verse en el SISCAP, el Sistema de Combate a Pie con el que Defensa planea dotar de visión aumentada y fuego de precisión a los soldados, que Indra está desarrollando con otra firma española, GMV.
El Grupo Indra es el coordinador industrial nacional del proyecto para un caza de última generación, el Futuro Sistema de Combate Aéreo (FCAS), y coordina también el consorcio que desarrolla el Sistema de Comando y Control (EC2) Europeo. Lo impulsa el Fondo Europeo de Defensa con la italiana Leonardo, las francesas Eviden y Thales y la luxemburguesa LuxGovSat. En noviembre de 2023, este EC2 superó una prueba en Cádiz coordinando un ejercicio de desembarco anfibio con 3.000 militares de 19 países.