Por fin vuelve a ponerse en marcha la Fórmula 1. El último Mundial antes del cambio de reglamento que entrará en vigor en 2026, arranca este fin de semana en Australia con 24 grandes premios por delante, muchas incógnitas, los McLaren como principales favoritos, hasta seis nuevas caras en una renovada parrilla y los dos pilotos españoles, Fernando Alonso y Carlos Sainz, con pocas perspectivas de brillar, al menos a corto plazo.
El circuito Albert Park de Melbourne, el que más veces ha abierto la temporada (en 22 ocasiones), recupera su puesto de privilegio en el calendario en detrimento de Bahrein y con pronóstico de lluvia para la carrera del domingo 16 de marzo.
Max Verstappen defiende el título de pilotos después de conquistar el cuarto consecutivo. En 2024, ya sin el mejor coche, el piloto neerlandés tuvo que emplearse a fondo ante la creciente amenaza de Lando Norris y McLaren, que despidieron el curso con una superioridad abrumadora en pista y logrando la primera corona de constructores desde 1998.
Después de haber completado una sólida pretemporada, los de Woking parecen empezar el campeonato un peldaño por encima del resto, aunque también es cierto que los tres días de test de Bahrein no fueron del todo representativos. Queda por saber hasta qué punto han resuelto sus problemas en Red Bull o si en Ferrari serán aún más competitivos con la incorporación de Lewis Hamilton, que levanta pasiones entre los ‘tifosi’, esperando romper una sequía de títulos que dura desde 2008.
También esperan unirse a la batalla los Mercedes, demostrando que están preparados para ganar sin el heptacampeón y con George Russell en su nuevo rol de líder junto al debutante Kimi Andrea Antonelli. El piloto italiano, el más joven de la parrilla a sus 18 años, es la apuesta personal del jefe de las flechas plateadas Toto Wolff, convencido de tener en sus manos a la nueva ‘perla’ de la F1.
Se espera mucho de Williams
Por detrás de los cuatro primeros, se espera mucho de Williams. Carlos Sainz se mostró sorprendentemente rápido en los test, que cerró con el mejor crono, pero también Alpine y Haas prometen pelea en la zona media, mientras que Aston Martin, que acabó 2024 como quinto mejor equipo, con Fernando Alonso sacando ‘petróleo’ de un coche que no estaba a la altura, sembró más dudas en la pretemporada.
Hace un año, todavía con Ferrari, Sainz se alzó con la victoria en Albert Park aprovechando el descalabro de Verstappen y con mejor ritmo que Leclerc y Norris en un fin de semana para enmarcar del madrileño. “Esta temporada no habrá victorias y subir al podio será muy, muy complicado”, advierte Carlos, consciente de que su misión en Williams, penúltima escudería la pasada temporada, acaba de empezar y tiene por delante una larga y difícil travesía. “Mi objetivo es ayudar al equipo a escalar posiciones, a recuperar su antiguo estatus, como hice en McLaren, pero eso llevará tiempo”, considera.
A Fernando Alonso tampoco le espera una temporada fácil con Aston Martin. El equipo de Silverstone es sin duda el que más ha invertido estos últimos años para tratar de cumplir las ansias de éxito de su propietario Lawrence Stroll. Instalaciones de última generación, notable aumento de personal en la fábrica y refuerzos de lujo en el área técnica, con el ‘mago’ del diseño Adrian Newey a la cabeza, deberían dar sus frutos.
Pero todo parece enfocado al horizonte de 2026, con el cambio de reglas y la llegada de Honda. “Pasaremos de ser un equipo cliente de Mercedes a ser un equipo de fábrica, con todas las ventajas que ello implica”, subraya Andy Cowell, que se estrena como jefe de equipo en sustitución de Mike Krack y ya ha empezado a imprimir su sello personal.
El que fuera máximo responsable de los éxitos de Mercedes en la anterior era híbrida, con ocho títulos, intentó paliar la discreta impresión del coche en los test de Bahrein y asegura que “en los próximos meses la situación mejorará”. La gran pregunta a estas alturas es: ¿Hasta qué punto se implicará Newey en las evoluciones del coche con el que Alonso comenzará el curso en Australia? Un acierto en esas actualizaciones “puede cambiarlo todo”, dice Fernando en un atisbo de optimismo.
El AMR25 introduce modificaciones aerodinámicas para paliar la rebeldía de su antecesor. “El primer objetivo era conseguir un coche más estable y predecible, más fácil de conducir”, prometieron los de Silverstone en la presentación del monoplaza. «Tenemos algunos puntos positivos, los datos y la correlación parecen buenos y hay un paso adelante en comparación con el coche del año pasado, pero en los test también vimos que otras cosas que requieren trabajo”, asume Alonso. «Es difícil creer que las cosas vayan a cambiar tanto en comparación con la última carrera en Abu Dhabi. Creo que las cuatro primeras serán similares, después veremos dónde estamos”.
El clima, un factor clave
De momento todo apunta a que tocará seguir sufriendo en Aston Martin, aunque para Alonso la meteorología inestable que se espera este fin de semana puede ser un aliado. Si este miércoles, la lluvia ha dado la ‘bienvenida’ a los equipos que han comenzado a instalarse en el circuito de Melbourne; el viernes en los primeros libres, la previsión es de tiempo nublado y 26 grados. Durante la clasificación del sábado la temperatura subirá hasta los 34 grados. Y el contraste máximo llegará a la hora de la carrera, el domingo, cuando según Weather.com, las temperaturas volverán a bajar hasta los 24 grados y habrá un 89% de probabilidades de lluvia.
Para los aficionados de España, el Gran Premio de Australia obligará a madrugar. La primera y la tercera sesión de entrenamientos libres comienzan a la 02:30 horas. La clasificación está programada a las 06:00 del sábado y el Gran Premio de Australia comenzará a las 05:00 del domingo 16 de marzo.