Mirarse en un espejo no siempre es sencillo. Normalmente, ves lo que no te gusta, destacas lo que quieres cambiar y lo que te hace sentir incómodo. Acostumbras a no estarte quieto, incómodo, ante el reflejo de lo que en tu mente era diferente. Wembley será este miércoles el espejo para las dos mejores selecciones del mundo. España se verá las caras con Inglaterra este miércoles (21.00 h, La 2) en el segundo partido de clasificación para la Nations League. Los dos combinados nacionales tienen en el otro un recordatorio de lo que no son: España, un país con una Liga nacional potente con proyección mundial; Inglaterra, la campeona del mundo.
Los duelos directos entre las dos selecciones han marcado siempre puntos de inflexión. El más lejano, en 2022. Entonces, en el partido de cuartos de la Eurocopa, España cayó eliminada por el conjunto inglés. Volvieron a casa y allí, en ese avión, empezó a desencadenarse el conflicto que terminaría con 15 futbolistas renunciando a la selección. Esa edición del torneo europeo lo terminó ganando Inglaterra, que aprovecharía el triunfo para dar un impulso magistral a su competición doméstica, posicionándola en la superpotencia que es ahora. Una Liga que muchas quieren jugar, y por la que abandonan sus clubs pese a ser el mejor del mundo, como ha pasado en los anteriores mercados con Mariona Caldentey o Laia Codina.
Ambos países sacaron aprendizajes de ese duelo y de ese torneo. Las futbolistas, en ese momento dirigido por Jorge Vilda, lo que no querían ni pretendían soportar más. Las inglesas también se plantaron, pero lo hicieron de la mano de la organización, y reformularon conjuntamente la competición.
El mejor duelo posible
El último precedente fue la final del Mundial de 2023 en Australia y Nueva Zelanda. Ahí se giraron las tornas. Las españolas se llevaron la final, el trofeo y el éxito gracias al gol de Olga Carmona en el minuto 29 del partido. Inglaterra solo fue la sombra del equipo que las puso en apuros un año anterior. Las campeonas del mundo consiguieron vengarse y resarcirse. Era el mayor éxito logrado por España en un torneo femenino y era un magnífico punto de partida para reformular y potenciar la Liga F que tan solo unos meses antes había recibido la etiqueta de profesional.
Sin embargo, eso se produjo en su mínima expresión. Tras lo acontecido en la entrega de medallas con el beso no consentido de Rubiales a Jenni Hermoso, el logro deportivo quedó opacado. Eso y la falta de decisiones y negociaciones posteriores dejó lo que podría haber sido una revolución en España como una simple anécdota.
Ahora se vuelven a reencontrar en el camino hacia la Nations League. El duelo en Wembley será la primera ocasión, luego serán las inglesas las que deberán viajar a España en uno de los últimos encuentros de la fase clasificatoria. El conjunto de Montse Tomé pisará por primera vez el emblemático estadio, donde tanta historia del fútbol se ha escrito. Lo harán, de hecho, dos equipos que están marcando el paso de la evolución del fútbol femenino.