“No fue un partido de tres puntos, fue de 17, una locura”. La bronca de Guillermo Szeszurak en el vestuario de Argentino de Quilmes lo decía todo. Tres expulsados, un penal en contra y Facundo Cipresso con 17 puntos de sutura en su cabeza. Una película… de terror.
Jerez llevo mal las riendas del partido y eso provocó que rápidamente se le fuera de las manos. “Nos amonesto a cinco jugadores de un saque, nos puso contras las cuerdas”, se quejaban en la barranca.
De todos modos, la gran polémica de la noche fue cuando Cipresso fue a cubrir una pelota, recibió un topetazo desmedido y terminó reventando su cabeza contra el paredón perimetral, lo que derivó en una sutura de 17 puntos . Increíblemente, Jerez desatendió la situación, Midland siguió jugando y clavó el 1-0.
Los jugadores del Mate terminaron de perder la cordura y todo se desbandó aún más. El médico pidió que la ambulancia llevara a Cipresso a un hospital porque estaba con conmoción cerebral y no le dieron la derecha. Por eso gente del propio club debió encargarse de la situación y lo llevaron en un patrullero.
Atrás de eso llegaron las rojas a Olivera, Roberts y Vega (los dos últimos habían sido mal amonestados) y un penal muy dudoso que Jerez pitó enseguida en una salida para cortar un avance del arquero Tello.
El 2-0 de Midland terminó opacado por una noche para el olvido desde el punto de vista arbitral y nuevas quejas de un club del Ascenso contra Federico Beligoy, el responsable de los jueces. “Nos cagaron mal, hasta al técnico nos echaron”, se escuchó también en el vestuario.
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