¿Qué tiene Costa Rica que cautiva a los viajeros de todo el mundo? Su extraordinario entorno natural es uno de los principales motivos que ha llevado a este destino a posicionarse como todo un referente turístico, pero hay otras muchas razones que hacen del país de la “pura vida” uno de los lugares favoritos para los viajeros.
Explora la selva tropical y playas paradisíacas de Costa Rica.
Tres aventureros, con mucho mundo recorrido, nos cuentan por qué este rincón de Centroamérica es tan especial y nos dan prácticos consejos para visitarlo, desde las paradisíacas playas caribeñas hasta las olas del Pacífico pasando por la jungla, los volcanes y sus ríos. ¡Costa Rica no deja a nadie indiferente!
Frank Salinas, dos grandes viajes muy diferentes
La primera vez que Frank estuvo en Costa Rica fue en 2011. “Fui solo, como mochilero, y sin ningún itinerario marcado,” nos cuenta ahondando en sus primeras impresiones. Lo que sí tenía claro este madrileño es que quería explorar la biodiversidad costarricense. “Sabía que era un país con mucha naturaleza, por lo que mi idea era dedicar 14 días a recorrer ambas costas, algún volcán y, por supuesto, ver el desove de las tortugas en el Parque Nacional de Tortuguero”.
Frank Salinas en Costa Rica / Frank Salinas
Sus expectativas se vieron superadas con creces, tanto fue así que hace unos meses decidió regresar junto a su mujer Natalia y su hijo Alonso. “El peque tenía tan solo cinco años, pero queríamos enseñarle la fauna en su hábitat natural y descansar en las playas caribeñas, por lo que era un destino perfecto para ello”, asegura Frank. Monos, perezosos, aves tropicales… Costa Rica es un espectáculo natural para toda la familia.
“En mis dos viajes todo resultó muy fácil y tranquilo, y no tuve ningún problema a la hora de moverme a pesar de hacerlo en autobús”. Para Frank el transporte público ha sido la opción elegida en ambas ocasiones. “Es posible llegar a cualquier lugar sin tener que alquilar un coche, aunque has de contar con tiempo suficiente, ya que los trayectos son largos,” apunta este incansable aventurero, que aprovecha cualquier oportunidad para mostrarle el mundo a su hijo.
Perezoso de garganta marrón / iStock / NTCo
Pasar un día en una de las termas naturales del centro del país es una de las recomendaciones que nos hace cuando le preguntamos por las experiencias que más le han marcado. También destaca la amabilidad de su gente: “los ticos siempre están dispuestos a ayudarte”. La hospitalidad y la naturaleza son los dos grandes valores de Costa Rica. “Puedes ir a la playa, a las tres horas subir a un volcán, y terminar el día descargando adrenalina en una tirolina.” Las opciones para disfrutar de este vergel son infinitas.
El viaje transformador de Marina Castro
“Costa Rica siempre tendrá un pedacito de mi corazón” manifiesta Marina con cierta emoción. “Puedo hablar de una naturaleza salvaje, del contraste turquesa y verde que todavía recuerda nítidamente mi memoria”. La imagen del Parque Nacional Cahuita desde el mar ha marcado sus recuerdos viajeros, y así nos la traslada, cargada de poesía e inspiración. “Contemplar ese paisaje justo después de disfrutar del fondo submarino entre corales fue un momento único”. Pero su viaje estuvo repleto de otras muchas experiencias que conquistaron todos sus sonidos.
Marina Castro en el parque de puentes colgantes Mistico Arenal / Marina Suárez
Los costarricenses también son para Marina uno de los mayores atractivos del país. “Su amabilidad genuina, su preocupación por la naturaleza, su idiosincrasia… ¡Nos llevan años de ventaja!” Apodados cariñosamente “ticos”, gozan de un modo de vida muy especial.
“Lo primero que hay que señalar para entender su “pura vida” es que abolieron el ejército en 1948” explica a la revista Viajar. “Ese presupuesto se dedicó a educación, sanidad y sostenibilidad, algo que se percibe nada más pisar el país”. Se refiere a las acciones ecológicas tan presentes en el día a día de los ticos: “es sostenibilidad de verdad, la esperanza de que otro mundo es posible”.
Playa en Puerto Viejo, Costa Rica / Istock / SimonDannhauer
En cuanto a sus lugares favoritos Marina destaca el río Pacuare para hacer rafting, la cima de Tortuguero (“unas de las mejores vistas de mi vida que compiten con la forma cónica del volcán Arenal”) y Puerto Viejo (“una Costa Rica multicultural para quienes aman los ambientes hippies y relajados”). Su itinerario de 13 días fue de lo más completo, pero aún le queda pendiente la zona de Nosara, volcanes como Irazú o Tenorio y el Pacífico Sur, con el Parque Nacional Corcovado como número uno en su lista de deseos. “Dicen que es la naturaleza más virgen y pura”.
Para esta asturiana la naturaleza costarricense se ha hecho un hueco grande en su corazón, compitiendo con la de su amada tierra. “Estoy segura de que volveré unas cuantas veces más”, garantiza. “¿Quién sabe? Igual un día lo dejo todo y monto algo en Costa Rica”.
Gonzalo Azumendi, el fotógrafo que encontró en Costa Rica el alma de sus icónicas imágenes
Azumendi llegó a Costa Rica en busca de algunas de las mejores fotografías para sus reportajes y desde aquel primer viaje, por las playas de Guanacaste y el golfo de Nicoya, no ha parado de regresar. “He ido en cinco ocasiones, a cada cual más sorprendente” nos comenta con la pasión que le caracteriza. El ambiente surfista, la vida tranquila tomando un coco frente al mar al atardecer y la música de las guitarras que suenan en los arenales fueron suficientes para considerarlo un paraíso. “Allí siempre es verano, con todo lo bueno que tiene esta estación del año”.
Gonzalo Azumendi en el volcán Poás / Gonzalo Azumendi
El viaje que el reconocido fotógrafo de viajes recuerda con más cariño es el que realizó por el Parque Nacional de Tortuguero, recorriendo en piragua los canales y caños que vertebran este edén. “Me enamoré de aquel silencio entre la vegetación lujuriosa y de los pájaros que me acompañaban remando bajo el cielo azul y brillante”.
El volcán y lago de Arenal, Costa Rica / Istock / OGphoto
También recomienda disfrutar de los volcanes Arenal, Poás e Irazú, relajarse en las termas que se nutren de ellos, alojarse alguna noche en el Puerto de Talamanca, “frecuentado por trotamundos atrapados por la cultura afro,” y acercarse al río Celeste, “con sus impresionantes aguas multicolor que nacen en las faldas del volcán Tenorio”.
Pero como buen fotógrafo humanista, Gonzalo está enamorado de los ticos, quienes han quedado para siempre retratados en su reciente libro ‘Universo Azumendi’. “Compartir el mismo idioma y cultura es algo que me hace conectar inmediatamente con ellos,” afirma, terminando de constatar uno de los bienes más preciados de Costa Rica: su gente.
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