Para las previsiones sobre la economía española, el año 2025 empieza como acabó el anterior, con continuas revisiones al alza. El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha elevado este viernes su previsión de crecimiento del PIB español para este año hasta el 2,3%, dos décimas por encima de su pronóstico de octubre. La corrección de las previsiones del FMI se ha publicado solo un día después de que la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef) haya elevado también en dos décimas su proyección para este año de la economía española (en este caso, hasta el 2,5%, una décima por encima de la previsión oficial del Gobierno, del 2,4%).
En su informe de previsiones de enero -publicado este viernes bajo el título de ‘Crecimiento global: divergente e incierto’-, el FMI estima que el crecimiento mundial sea del 3,3% tanto en 2025 como en 2026, por debajo del promedio histórico del 3,7% (para el periodo del 2000 al 2019). El pronóstico para 2025 es una décima superior al de octubre e incluye una significativa revisión al alza de la economía de EEUU (hasta el 2,7%, medio punto más que en octubre), al tiempo que se recorta la previsión de la zona euro (en dos décimas, hasta el 1%), lastrada por el empeoramiento de las expectativas sobre Alemania, Francia e Italia.
En concreto, el FMI recorta ahora en medio punto su previsión de crecimiento de la economía alemana para 2025 (hasta el 0,3%); baja en tres décimas la de Francia (al 0,8%) y en una décima, la de Italia (al 0,7%), al mismo tiempo que eleva en dos décimas su pronóstico sobre la economía española, hasta el 2,3% (en todo caso por debajo del 3,1% con que el FMI estima ahora que creció el PIB español en 2024).
«España seguirá siendo la gran economía que más crezca en la zona euro. De hecho, el crecimiento de España habría sido casi cuatro veces superior al de la zona euro en 2024 y continuará liderando en 2025 y 2026″, valora el Ministerio de Economía. «Esta mejora de las perspectivas para España se produce en un contexto en el que el FMI revisa a la baja las previsiones para nuestros principales socios europeos», se apunta desde el departamento que dirige el ministro Carlos Cuerpo.
«En la zona del euro, se espera que el crecimiento repunte, pero a un ritmo más gradual que el previsto en octubre, ya que las tensiones geopolíticas siguen afectando a la confianza. Un impulso más débil de lo esperado a finales de 2024, especialmente en el sector manufacturero, y una mayor incertidumbre política y de las políticas explican una revisión a la baja de 0,2 puntos porcentuales hasta el 1,0% en 2025. En 2026, se prevé que el crecimiento aumente hasta el 1,4%, ayudado por una demanda interna más fuerte, a medida que las condiciones financieras se relajen, la confianza mejore y la incertidumbre se alivie un poco», diagnostica el FMI.
En espera de Trump
Las nuevas previsiones publicadas este viernes por el organismo que dirige Kristalina Georgieva incorporan el impacto de la mayor incertidumbre en materia de política comercial ante los anuncios del nuevo presidente de EEUU, Donald Trump. A la espera de una mayor concreción, el FMI «supone» ahora que la mayor incertidumbre que se percibe en el comercio mundial será temporal y que sus efectos se disiparán al cabo de un año aproximadamente. Así las estimaciones del volumen del comercio mundial se han revisado ligeramente a la baja para 2025 y 2026.
Además, a la hora de señalar los riesgos que penden sobre las nuevas previsiones publicadas este viernes, el FMI advierte de las posibles consecuencias negativas a corto y medio plazo de las diferentes políticas económicas anunciadas por Donald Trump -a quien no cita el informe de forma explícita- sobre la propia economía de EEUU (a medio y largo plazo) y sobre la economía mundial (a más corto plazo).
En particular, el FMI advierte de los posibles efectos nocivos de «una intensificación de las políticas proteccionistas«, de «una política fiscal más laxa en EEUU», de la «desregulación» financiera y de las «reducciones en los flujos migratorios a los Estados Unidos». Según el análisis del Fondo, estas políticas pueden redundar en menos crecimiento del comercio y de la economía, en más inflación y endeudamiento, en tipos de interés más altos y en fuga de capitales de los mercados emergentes.
«Si bien muchos de los cambios de política que introducirá la nueva administración estadounidense son difíciles de cuantificar con precisión, es probable que eleven la inflación en el corto plazo en relación con nuestra situación de referencia. Algunas políticas indicadas, como una política fiscal más laxa o iniciativas de desregulación, estimularían la demanda agregada y aumentarían la inflación en el corto plazo, ya que el gasto y la inversión aumentarían inmediatamente. Otras políticas, como aranceles más altos o restricciones a la inmigración, se manifestarán como shocks negativos de oferta, reduciendo la producción y aumentando las presiones sobre los precios», resume el FMI en el blog que acompaña a la presentación de las nuevas previsiones.
La incertidumbre es elevada
El organismo internacional advierte de que «las incertidumbres son alta: los efectos de cada factor se manifestarían de manera diferente en los distintos países, influidos por los vínculos comerciales y financieros; las respuestas de política a las medidas adoptadas por otros países podrían manifestarse de diversas maneras, incluida una escalada de aranceles de represalia; y los impactos de diferentes combinaciones de políticas o de diferentes magnitudes de cambios de políticas podrían ser bastante diferentes».
Frente a estos riesgos, el FMI defiende que «la cooperación multilateral es vital para contener la fragmentación, sostener el crecimiento y la estabilidad y abordar los desafíos globales» y aboga por que las políticas comerciales sean «coherentes con el marco jurídico de la Organización Mundial del Comercio (OMC)». Desde el punto del vista de este organismo.