Maher Marwan, el nuevo gobernador de Damasco designado por Ahmad al-Sharaa, el nuevo líder islámico de facto de Siria, realizó una inesperada declaración solicitando a Estados Unidos mediar para lograr la paz entre Siria e Israel.
«Hay un pueblo que anhela la convivencia, que busca la paz, que no desea conflictos. Queremos paz y no podemos oponernos ni a Israel ni a nadie«, expresó en una entrevista con la emisora pública estadounidense NPR.
A pesar de ello, reconoció las inquietudes de Israel, afirmando: «Es comprensible que Israel se sienta preocupado por ciertos grupos«, y agregó: «Es posible que Israel haya experimentado temor, por eso ha reaccionado con algunos bombardeos, entre otras acciones. No tenemos temor de Israel, no tenemos problemas con Israel. Y no buscamos intervenir en nada que ponga en peligro la seguridad de Israel ni de ningún otro país«.
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Un vocero estadounidense confirmó que el mensaje de la nueva administración siria fue comunicado a Israel, aunque subrayó que la Casa Blanca no está impulsando actualmente a ninguna de las partes a tomar acciones para formalizar relaciones.
El diálogo directo entre Estados Unidos y los rebeldes sirios ha sido constante desde la caída del régimen de Bashar al Assad, y alcanzó un hito con la cancelación de la recompensa de 10 millones de dólares por la captura de al-Sharaa debido a sus vínculos previos con grupos terroristas islámicos.
Funcionarios israelíes han señalado que, aunque los estadounidenses comprenden las preocupaciones de seguridad de Israel, consideran que el país debería dar una oportunidad al nuevo régimen. Sin embargo, Israel mantiene una actitud mucho más escéptica.
El gobierno de transición de Siria, liderado por Al-Sharaa, recientemente anunció varios nombramientos, incluyendo el de nuevos gobernadores para diversas provincias, entre los cuales se encuentra Maher Marwan. Los gobernadores ejercerán sus funciones por un período de tres meses, durante el tiempo asignado para la formación del nuevo gobierno.
Según medios árabes, Marwan nació en Damasco en 1979. Participó activamente en las protestas que comenzaron en Siria en 2011 y vivió en diferentes localidades, como Arabia Saudita, Damasco, la ciudad de Al Qaryatayn en la zona rural de Homs, y más tarde en Idlib. Estudió en la Universidad de Idlib y ocupó varios cargos en la oposición siria, la cual actualmente tiene el control del país.
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En cuanto a las declaraciones del gobernador, los funcionarios israelíes no parecen haberse mostrado preocupados. Fuentes de Jerusalén informaron al medio israelí Ynet: «La carga de la prueba recae sobre Al-Sharaa y su equipo. No debemos olvidar sus fundamentos ideológicos«.
Según estas fuentes, los mensajes «amistosos» de la nueva administración en Damasco siguen siendo inciertos, ya que nadie sabe qué rumbo tomará el nuevo régimen.
Aunque Al-Sharaa y su equipo están diciendo «las cosas correctas«, el ambiente en Israel, tras los acontecimientos del 7 de octubre, está marcado por el escepticismo y la preocupación por una posible «ofensiva de seducción» para engañar a Occidente.
En el pasado, al-Sharaa estuvo activamente involucrado con ISIS y Al Qaeda, pero dejó esas organizaciones terroristas hace años y se inclinó hacia otras formas de yihadismo, más orientadas hacia el nacionalismo sirio, buscando impulsar una imagen más moderada de su persona.
Israel considera que es muy rápido para saber cuáles son las intenciones de Al-Sharaa o su capacidad para mantener una Siria unificada y democrática.
Bajo el régimen de Asad, Siria se mantenía unida por la fuerza bruta. Al-Sharaa, por su parte, imagina una «Siria diferente«, con una supuesta «representación parlamentaria para todas las sectas«. Asegura que no busca confrontación, ni con Israel ni con los drusos, alauitas o turcos. Por ahora, parece que él y su equipo están tratando de reducir las tensiones, ya sea con una verdadera intención o como una estrategia calculada.