La hija mayor del matrimonio del presidente Gustavo Petro y Verónica Alcocer, Sofía Petro, se encuentra nuevamente en el centro del debate público, esta vez por su enfoque polémico sobre uno de los episodios más oscuros y dolorosos de la historia reciente de Colombia: las desapariciones forzadas en la Comuna 13 de Medellín, específicamente en el conocido sitio como “La Escombrera”.
Mediante su trabajo con la Fundación Paz y Reconciliación (Pares), Sofía Petro —al parecer, su primer empleo— no solo participó activamente en investigaciones y proyectos enfocados en la justicia social, sino que emergió como una voz crítica que aborda temas difíciles para la memoria histórica del país. Este proyecto representa un desafío personal para la hija del presidente, que, lejos de evitar las críticas que su propio padre hace, decidió hacer denuncias relacionadas con paramilitarismo, desapariciones forzadas y otros crímenes del conflicto armado.
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En su primer análisis sobre el tema, Sofía Petro abordó la tragedia de La Escombrera, una zona que, por años, ha sido escenario de denuncias por desapariciones forzadas y enterramientos clandestinos durante el conflicto armado colombiano. Este lugar, que alguna vez sirvió como vertedero de escombros, se convirtió en la “fosa común a cielo abierto” más grande de Colombia, según diversos informes de organizaciones de derechos humanos y familiares de las víctimas.
“La Escombrera es un espacio de dolor y resistencia. Ha sido un lugar de memoria para muchas personas que buscan la verdad sobre la desaparición de sus seres queridos”, comentó Sofía Petro en su más reciente publicación en redes sociales.
A través de la investigación realizada por Pares, que fue compartida por la fundación en Instagram, la joven reveló datos sobre la operación Orión, realizada en 2002 bajo el gobierno de Álvaro Uribe Vélez. Según los relatos, la operación resultó en la muerte de 71 personas, 92 desapariciones y 12 torturas, aunque algunas versiones extraoficiales apuntan a cifras mucho más altas.
Sofía Petro no solo repasó los hechos, sino que criticó la versión oficial que fue respaldada por figuras del gobierno de Uribe, como la entonces ministra de Defensa Marta Lucía Ramírez. Según la joven, la narrativa oficial intentó desmentir la existencia de las desapariciones y ocultar la verdad sobre lo sucedido en la Comuna 13.
“Para muchos, La Escombrera nunca existió. Para nosotros, es el reflejo de una Colombia que aún no termina de reconocer su pasado”, agregó Sofía en la publicación de Pares.
La investigación también destacó el trabajo de Luz Elena Galeano, una sobreviviente de la Operación Orión y fundadora de la organización Mujeres Caminando por la Verdad, que lleva más de dos décadas exigiendo justicia por los desaparecidos de la región.
“Cuando en el entorno de Luz Elena desaparecieron sus hijos, sus vecinas y sus compañeros de trabajo, ella no tuvo más opción que convertirse en una defensora incansable de la verdad”, comentó Sofía, mostrando su apoyo a las víctimas y su empeño por llevar los restos de los desaparecidos a la luz.
Para Sofía, la recuperación de los cuerpos encontrados en La Escombrera a finales de 2024 es solo el comienzo de un proceso más largo de justicia y reparación: “Este no es solo un sitio donde se descubren cuerpos, es un lugar simbólico de lo que ha sido la impunidad en Colombia durante tantos años. No podemos mirar hacia otro lado”.
Este paso de Sofía en su trabajo con Pares llamó la atención, pues a pesar de su actual residencia en Brasil, donde cursa un intercambio académico en la Universidad de São Paulo, la hoja del mandatario sigue siendo un referente dentro de la lucha por la justicia en Colombia.