El solemne funeral de Estado por el expresidente Carter ha permitido una tregua política en el país durante unas horas. Donald Trump, como último expresidente, ha sido el primero en llegar junto a Melania. Allí ha saludado a Mike Pence, su exvicepresidente convertido en enemigo desde el asalto al Capitolio. Después era el turno de Barack Obama, sin Michelle, que ha justificado su ausencia por problemas de agenda. No ha dado la mano a Trump, pero ambos sí han charlado de forma distendida durante la misa. George Bush y su mujer han sido los siguientes en llegar. Obama se ha levantado para permitirles el paso, pero nada de saludos; tampoco con los Clinton. El exmandatario sí ha dado la mano al que fuera su número dos, Al Gore, situado justo detrás. La catedral de Washington ha sido durante unas horas escenario de una tregua política en Estados Unidos.